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El arte contemporáneo se suma al «renacimiento» de L’Aquila del terremoto

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L’Aquila (Italia) – El barroco Palazzo Ardinghelli fue severamente dañado en el terremoto que asoló L’Aquila (centro de Italia) en 2009, sin embargo, ahora se erige como símbolo de su «renacimiento» tras ser restaurado y convertirse en sede del Museo Nacional de las Artes del Siglo XXI (MAXXI).

El edificio mantiene en su estructura «trazas del efecto del terremoto» como señal de resistencia, al mismo tiempo que se transforma «en un espacio útil para acoger obras» de arte contemporáneo, explica la directora de arquitectura del MAXXI, Margherita Guccione.

El museo abre sus puertas al público este domingo en esta ciudad, todavía a vueltas con su reconstrucción tras el seísmo, y lo hace con la exposición «Punto de equilibrio», que contiene los trabajos de ocho artistas contemporáneos que dialogan con este edificio barroco.

DEL ‘700 AL SIGLO XXI

«La unión entre antiguo y contemporáneo funciona muy bien, y creo que esta muestra lo demuestra. Este edificio del siglo XVIII ahora se ha convertido en supercontemporáneo», señala a Efe el director del MAXXI de L’Aquila y curador de la muestra, Bartolomeo Pietrarchi.

Este nuevo museo «no solo debe exponer las obras», sino que debe ser «un centro de producción cultural que trabaje con la ciudad y el territorio para hacer que vuelva a resurgir la identidad de L’Aquila», defiende.

Las obras de arte contemporáneo, que se esconden a través del edificio y conviven con los frescos restaurados tras la devastación del terremoto, muestran luces, tejidos o formas que «abren la puerta a la nueva realidad del Palazzo Ardinghelli».

Entre los artistas que exponen aparecen nombres como Elisabetta Benassi, Nunzio o Anastasia Potemkina, pero sobre todo destaca Ettore Spalletti, fallecido en 2019, quien exhibe en el MAXXI su última obra que nunca vio en vida y a quien se dedica la exposición.

EL LEGADO DE ETTORE SPALLETTI

Esta obra es «Una columna en el vacío», consistente en una columna bajo una cúpula que obliga al espectador a mirar hacia el cielo, lo que representa una «idea de luz, de pensamiento, de espacio», describe Pietrarchi.

Spalleti fue al Palazzo Ardinghelli durante su restauración y escogió el espacio donde quería colocar su obra, dio sus instrucciones sobre cómo construir la columna y murió antes de ver finalizado el trabajo.

«Una columna en el vacío» se quedará de forma «permanente» en el MAXXI, recuerda Pietrarchi, que se muestra «muy emocionado del regalo de Spalletti al museo al final de su vida».

Junto a los trabajos de los ocho artistas contemporáneos, forman parte de la exposición otras 30 obras de la colección del MAXXI, que tiene la sede principal en Roma, así como una exposición fotográfica, en una muestra de la voluntad del museo de que su sede en L’Aquila sea tan importante como la de la capital.

EL LARGO CAMINO DEL MAXXI DE L’AQUILA

El Palazzo Ardinghelli se comenzó a restaurar en 2014, y fue el ministro de Cultura, Dario Franceschini, presente en la inauguración del MAXXI de L’Aquila, quien tuvo la idea de destinar el edificio a un uso museístico.

«Era importante no olvidar L’Aquila después del terremoto», reivindica el ministro, que ve el MAXXI como un motivo de «orgullo nacional» y una perfecta muestra del «cruce entre arte contemporáneo y restauración».

La presidenta de la Fundación MAXXI, Giovanna Melandri, pone de relieve que el proyecto del nuevo MAXXI en L’Aquila se hizo con «unidad» y se mantuvo a pesar de los cambios de gobierno nacionales y regionales.

El 5 de septiembre de 2020 se inauguró la restauración del Palazzo Ardinghelli, que contó con la ayuda de una inversión de siete millones de euros de la Federación Rusa, con la vista puesta en abrir las puertas del MAXXI a finales del año pasado.

Entonces llegó la segunda ola de la pandemia, que obligó a retrasar la inauguración, lo que provocó una alegre coincidencia: el MAXXI de L’Aquila celebró el acto de inauguración el 28 de mayo de 2021, mientras que el MAXXI de Roma lo hizo el mismo día de 2010.

Once años después del fatídico terremoto que dejó más de 300 muertos en la zona y tras diferentes olas de una pandemia global, el MAXXI por fin abrirá sus puertas en un edificio restaurado que espera ser una señal de esperanza para la castigada ciudad de L’Aquila.

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