Un norteamericano promedio está mas enterado de lo que está pasando en Kiev o en Crimea, que lo que está sucediendo en las calles de Caracas, donde los enfrentamientos entre la oposición y el gobierno han causado ya por lo menos 28 muertos.
Con este desinterés por Venezuela, la geopolítica norteamericana da un ejemplo más de que América Latina no es prioritaria por ahora y que sus intereses van más por Europa, y especialmente con su confrontación política con Rusia por ejercer mas influencia en los estados ex soviéticos.
Basta con ver las portadas de los principales diarios norteamericanos como “The New York Times” o el “Washington Post” de las dos últimas semanas para observar como prevalece el tema de Ucrania de una forma abrumadora y se ignora la crisis de Venezuela.
Es poco frecuente que la prensa norteamericana se haga un propio reproche, pero eso parece que se deduce de un artículo publicado en el “Washington Post” y escrito por su especialista en asuntos internacionales, Adam Taylor.
Bajo el título “Dentro de la cobertura de Ucrania, estamos ignorando la crisis de Venezuela” Taylor se justifica escribiendo que en sucesos confusos en lugares lejanos, siempre existe un “punto álgido” para que el lector americano se muestre interesado.
“Es posible que en Venezuela no se ha llegado aún ese punto de máxima atención”, agrega Taylor.
Para la prensa estadounidense es posible que el choque de civilizaciones entre los manifestantes de Kiev, en busca de un futuro democrático europeo y en confrontación con el gobierno déspota pro ruso de Victor Yanukovych, sea de mas interés periodístico que la lucha de los estudiantes venezolanos ante la represión del gobierno bolivariano.
Y el gobierno norteamericano está ahora mas enfocado en imponer sanciones a Rusia por su anexión de Crimea, que la de aplicar unas parecidas a dirigentes del gobierno venezolano, a pesar de varias peticiones de senadores republicanos.
El Secretario de Estado, John Kerry, ha pasado días y jornadas enteras en Europa por el tema de Ucrania, pero no ha hecho ninguna gestión diplomática visible en relación a Venezuela, salvo unas declaraciones que hizo denunciando la represión en Caracas, que fueron calificadas por el gobierno de Nicolás Maduro como de “injerencia en los asuntos internos venezolanos”.
En las calles de Miami se ven con frecuencia automóviles con las ventanas pintadas de “SOS Venezuela”, en su mayoría de la creciente población de venezolanos que viven en el sur de Florida y que han huido de la situación que vive su país.
Muchos de estos llaman a las estaciones de radio en español para mostrar su frustración por el escaso interés que muestra la prensa norteamericana sobre lo que está sucediendo en su país y la poca o casi nula reacción de Washington.
Para el caso, ponen de ejemplo que, salvo la cobertura del diario “El Nuevo Herald” de Miami, la prensa de este país prácticamente ignoró la “descarada maniobra política” de Venezuela para impedir que la diputada de oposición María Corina Machado hablara ante el Consejo Permanente de la Organización de Estados Americanos (OEA) en Washington, la semana pasada.
A su regreso a Caracas, Machado se expone a ir a la cárcel debido a que el congreso venezolano, controlado por los chavistas, está estudiando quitarle su inmunidad parlamentaria.
