Análisis de Alberto García Marrder – Especial para Proceso Digital.
Soy un devoto de la prensa anglosajona desde mis largas estancias en Inglaterra y Estados Unidos. Pero me hace muy feliz constatar que la prensa regional puede superar, en algunas ocasiones, a los grandes periódicos de referencia como lo son el “The Times” en Londres, el “New York Times”en Nueva York y “The Washington Post” en la capital de Estados Unidos.
Dos periódicos regionales de Estados Unidos, el “Indianapolis Star” (de Indiana) y el “Columbus Dispatch”(de Ohio), (los dos pertenecientes a la cadena Gannett) han demostrado como una lección periodística que con perseverancia y tesón, se pudo confirmar como cierto que una niña latina de 10 años fue violada por un inmigrante guatemalteco en Columbus (Ohio).
La niña fue llevada al estado de Indiana para un aborto, ya que no era posible hacerlo, legalmente, donde vivía.
El caso de esta niña se convirtió en un debate nacional en Estados Unidos, tras la decisión del Tribunal Supremo de abolir la ley del aborto de casi 50 años y dejar el asunto en manos de los 50 estados de la Unión.
Tan pronto el “Indianapolis Star” publicó el 1 de julio que una niña de 10 años tuvo que viajar a Indiana para un aborto, comenzaron los furiosos y enérgicos desmentidos de las autoridades y congresistas republicanos de Ohio.
El Fiscal General de Ohio, el republican Dave Yest , le dijo al diario “USA Today”: “Que vergüenza que un periódico de Indianapolis haya publicado esta historia con solo una fuente”.
Mientras que el congresista republicano por Ohio, Jim Jordan, dijo “esta es otra mentira, no sorprende en nada”.
Y en Nueva York, el prestigioso y serio “The Wall Street Journal” puso en duda la noticia en un editorial bajo este título: “Demasiado bueno para confirmarlo”. Pero luego se retractó.
El diario “The Washington Post” anunció en principio que no podía confirmar si era cierto o no. Pero luego ha publicado excelentes reportajes globales sobre el tema.
Lo que pasaba es que la noticia, falsa o verdadera, se había convertido entonces en una confrontación dialéctica entre los medios conservadores, especialmente el canal “trumpista” Fox News y los congresistas republicanos que apoyaban la decisión del Tribunal Supremo de abolir el aborto. Estos en contra de los medios progresistas y los congresistas demócratas que lamentaban esa decisión.
Y encima, el presidente Joe Biden criticando la decisión del Tribunal Supremo y lamentando lo que estaba pasando con esa niña de 10 años, cuya identidad es un misterio.
Mientras en Washington y Nueva York se discutía la veracidad de esta noticia, los reporteros del “Columbus Dispatch” y el “Indianapolis ”Star” se dedicaban a investigar y a escarbar, días y horas, en los archivos de los tribunales locales.
Y BINGO, el 13 de julio, la reportera Bethany Bruner, del “Columbus Dispatch” vio el anuncio que ese día se presentaría ante la jueza Cynthia Ebnea, el supuesto violador de una niña menor de 15 años y se fue corriendo a la corte.
Ese día, fue la única reportera de ver, por primera vez, la cara de Gerson Fuentes esposado, sereno y con cara de ausente. Este confirmó las acusaciones de haberla violado dos veces. La jueza no le concedió libertad provisional, aunque sí fijó una fianza en dos millones de dólares.
Tras un juicio y si es encontrado culpable, se enfrenta a prisión perpetua de por vida.
La crónica de Bruner y Monroe Trombly (ambos del “The Columbus Dispatch”) y Tony Cook del ”Indianapolis Star”) fue primera página en muchos diarios de Estados Unidos, en una clara victoria de la prensa regional ante una nacional pasiva y escéptica. Fue una gran primicia, y no procedía de Washington o de Nueva York.
Esos reporteros trabajaban bajo la batuta de Bro Krift, Editor Jefe del “Indianapolis Star” y de la jefa de asignaciones periodísticas, Raquell Fradette.
En Columbus (Ohio), María Vargas-Pion, una reportera de “Telemundo-Noticias” fue a tocar la puerta del apartamento de la madre de la niña, quien no la abrió, pero sí dijo, en español con acento latino, que era “todo mentira” lo que se publicaba sobre Fuentes.
Lo que se había publicado es que era un guatemalteco indocumentado, que había violado a su hija dos veces y que, aparentemente, vivía en un apartamento con las dos en Columbus y otros cuatro niños.
La madre también está embarazada de Fuentes y es mexicana, según dijo su vecina Deisy Torres a “Telemundo-Noticias”. No se sabe las razones que tiene para defender “su inocencia”, a pesar de haber confesado que violó a su hija menor, cuando esta tenía apenas diez años.
Todo esto ha salido a relucir por el trabajo inmejorable de la prensa regional y no la nacional. Esta última estaba solo enfocada en la confrontación política entre los que apoyan el aborto y los grupos conservadores que se oponen ferozmente.
