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EEUU aclara dudas en cuanto a condenas que recibirán extraditables

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Tegucigalpa – Poco a poco comienza a aclararse el panorama sobre el futuro de los extraditables a Estados Unidos, así como de los dos que ya se encuentran en cárceles norteamericanas, luego de varias dudas iniciales en cuanto al tiempo en que permanecerán retenidos en el sistema carcelario estadounidense.

 

+ El embajador norteamericano Nealon afirmó que las penas serán “largas y duras”.

 

+ El presidente hondureño Juan Orlando Hernández había pedido al fiscal general estadounidense Eric Holder y a la DEA penas severas.

 

Con dos hondureños ya extraditados en lo que va del año y cinco en lista de espera, Honduras hizo una ruptura con el pasado, cuando primaba la defensa de sus connacionales y evitaba a toda costa que fuesen encarcelados en el exterior, mientras se encontrasen en territorio hondureño.

 

Para ello blindó su doctrina en la Constitución Política de 1981 donde se prohibía extraditar a hondureños que fuesen requeridos por naciones extranjeras.

 

De ello se valieron varios connacionales que cometían delitos en el extranjero y buscaban llegar a suelo hondureño para encontrar refugio en suelo nacional.

 

Pero tras intensas presiones de Estados Unidos se modificó la Constitución y se permitió la extradición de hondureños que fuesen acusados de cargos de terrorismo, narcotráfico, cualquier forma de crimen organizado y trata de personas.

 

carlosLos primeros en ser enviados a Estados Unidos para que respondan ante cortes estatales o federales fueron los hondureños Carlos “El Negro” Lobo y su principal lugarteniente Alexander Juving Suazo Peralta.

 

Estados Unidos acusó a “El Negro” Lobo de traficar cocaína y tras diversas presiones logró su extradición, tras un proceso llenó de tensiones y presiones.

 

En el caso de Suazo Peralta, conocido como “Chancleta”, el mecanismo fue más rápido, ya que el propio afectado pidió su deportación rápida.

 

Penas

Pero tras las primeras apariciones judiciales de Lobo y Suazo Peralta ante las cortes, y tras conocerse que negociaron con los fiscales declararse culpables de las acusaciones, llegó la preocupación al gobierno hondureño, ya que se trascendió que podrían recibir condenas máximas de 10 años y podrían verse reducidas por buena conducta en las cárceles.

 

Ello provocó el rechazo de las autoridades hondureñas por considerar que sus esfuerzos y el riesgo de sus vidas de parte de los altos funcionarios, así como de los policías, fiscales y jueces que conocen de los casos y autorizan sus extradiciones no tenía sentido, si los norteamericanos negociaban condenas reducidas que permitirían a los capos llegar en pocos años a Honduras.

 

Los funcionarios hondureños consideraron que no había una responsabilidad estadounidense en cuanto a solicitar las extradiciones y que los oficiales hondureños arrestaran y autorizaran las mismas, si en pocos años los narcotraficantes estarían de regreso, con el potencial peligro que podrían vengarse de las autoridades del país.

 

Petición

Fue tal la preocupación que el propio presidente hondureño Juan Orlando Hernández reclamó durante su visita el pasado 12 de noviembre en Washington que los narcotraficantes extraditados recibiesen condenas o penas severas.

 

El mandatario hondureño se reunió con el fiscal general estadounidense, Eric Holder, así como con altos cargos de la Agencia Antidrogas (DEA, por sus siglas en inglés).

 

El presidente Hernández, que fue acompañado en el encuentro, por el fiscal general Óscar Chinchilla y el ministro de Seguridad, Arturo Corrales, fue claro en señalar que las penas debían ser severas para los narcos.

 

Reacción

Doce días después Washington reaccionó a la petición de Honduras al señalar que las condenas para los hondureños extraditados a Estados Unidos por acusaciones de narcotráfico recibirán penas “largas y duras”.

 

nealon

 

La respuesta norteamericana vino por boca del embajador de Estados Unidos en Tegucigalpa, James Nealon, el lunes de la presente semana en San Pedro Sula, cuando acompañaba al senador federal por Delaware Thomas Carper en una visita.

 

La aclaración y promesa de Nealon llegó en el momento adecuado, ya que esta semana un juez nacional conocerá la apelación que realicen los tres hermanos Valle y la esposa de uno de ellos para revertir la decisión de que sean deportados a Estados Unidos.

 

Actualmente están en procesos de extradición los hermanos: Miguel Arnulfo, Luis Alonso y José Inocente Valle Valle, así como la esposa de éste último: Marlen Griselda Amaya, y Héctor Emilio Fernández Rosa, alias “Don H”.

 

Igualmente Estados Unidos ha declarado personas ligadas al narcotráfico a varios miembros de la familia Rivera, que integran el cartel llamado “Cachiros, así como miembros de la familia Handal Pérez.

 

Asimismo, esta semana el Congreso Nacional debatirá y aprobaría una ley que regule las extradiciones, actualmente realizadas bajo una norma administrativa de la Corte Suprema de Justicia denominada Auto Acordado.

 

Experiencia

El temor hondureño está basado en experiencias señaladas que la Fiscalía estadounidense negocia penas menores con narcotraficantes que se ofrecen a servir como informantes contra sus superiores o carteles rivales.

 

Esta semana se divulgaron documentos en cuanto a que dos narcos mexicanos recibirán condenas reducidas tras servir de informantes contra el cartel de Sinaloa que dirigía Joaquín “El Chapo” Guzmán.

 

Hace unas semanas, el senador y líder del partido Cambio Radical colombiano, Carlos Fernando Galán, pidió que se revise el tratado de extradición de narcotraficantes a Estados Unidos porque genera impunidad en los delitos no relacionados con el tráfico de estupefacientes.

 

El senador recordó el caso del jefe paramilitar Juan Carlos Sierra Ramírez, alias «El Tuso Sierra», quien se encuentra en libertad en Estados Unidos después de permanecer en prisión cinco años por delitos de narcotráfico en ese país.

 

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