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EEUU busca apretar la tuerca a Centroamérica, pero sus objetivos se ven lejanos

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Tegucigalpa/Washington (Especial Proceso Digital) – Estados Unidos intenta apretar la tuerca de su política contra la corrupción, el debilitamiento institucional y democrático en Centroamérica, pero las acciones de la administración del presidente Joe Biden parecen no atemorizar ni incidir en los gobiernos de la región, pero cada día en esta franja continental se ve como los avances autoritarios, impunes y corruptos se consolidan en esta angostura americana.

Reelección presidencial de Bukele, despido de jueces y fiscales son el panorama que tiene El Salvador.

– En Nicaragua, la justicia procesa a todo el arco opositor, dejando camino libre a Daniel Ortega y su esposa Rosario Murillo para la reelección.

– En el caso hondureño el enviado especial para la región Ricardo Zúñiga a alertado sobre el ingreso de dineros negros a las campañas electorales.

Guatemala enfrenta graves retrocesos en la lucha contra la corrupción.

A lo anterior se agrega el debilitamiento que muestra Biden en Washington tras la retirada de Afganistán y el control del país de parte de la milicia islámica radical del Talibán, lo que ha provocado un sismo político en Washington.

Y es que la administración Biden parece mostrar sus músculos solo por la vía digital, con mensajes de Twitter y declaraciones políticas colgadas en sus portales web, pero eso no provoca ninguna incidencia en el actuar de los personajes a quienes van dirigidos.

Recientemente la Oficina de Asuntos del Hemisferio Occidental del Departamento de Estado escribió en su cuenta de Twitter “Acciones legales espurias contra figuras de oposición en #NCABandera de Nicaragua, erosión de la independencia judicial en #ESABandera de El Salvador y ahora cargos contra @JSandoval1982 todo en la última semana. Seguimos apoyando a quienes combaten la impunidad, corrupción y gobierno autoritario en C.A”.

Todo ello ocurrió sin que se conociera todavía la decisión de la Sala Constitucional de El Salvador de habilitar la reelección continua del presidente Nayib Bukele, algo prohibido por la Constitución de dicha nación.

Mientras en Nicaragua, la justicia controlada por el Ejecutivo inicia juicio a todos los opositores encarcelados previamente, incluyendo a los candidatos presidenciales, dejándole el paso libre al presidente Daniel Ortega y su esposa la vicepresidente Rosario Murillo para la reelección.

Ausencia de misiones

Ortega y Murillo han desmantelado la oposición y la prensa independiente mediante la aplicación de una serie de leyes.

Pero la política de presión diplomática tradicional, vía encuentros directos de funcionarios de alto rango y los gobernantes, parece haberse eliminado.

De hecho, el gobierno estadounidense parece aislado en la región, ya que sus misiones y visitas a Centroamérica son mínimas y ahora con el agravante que en algunas capitales centroamericanas no son recibidas por los mandatarios, mientras otras son obviadas por decisión de Washington.

Inicialmente el compromiso de la Casa Blanca de Biden pareció centrarse en el denominado Triángulo Norte de Centroamérica (Guatemala, El Salvador y Honduras), principales expulsores de migrantes que buscan suelo norteamericano, así como la principal zona de violencia del continente.

Pero los últimos hechos en Nicaragua también hicieron que la administración Biden, por medio del Departamento de Estado y la misma Casa Blanca, centrará parte de sus actuaciones en la región en dicho país.

Ortega y Murillo han desmantelado la oposición y la prensa independiente mediante la aplicación de una serie de leyes, previamente aprobadas por la asamblea controlada por el Frente Sandinista, que le permitirán acudir a las próximas elecciones del 7 de noviembre prácticamente solo.

Únicamente participará la facción del Partido Liberal que es afín a Ortega y Murillo y la cual le sirve para blanquear unas elecciones que desde ya no son aceptadas por la comunidad internacional.

Aplicación de restricciones

Elsecretario de Estado anunció nuevas restricciones de visas a “funcionarios actuales o exfuncionarios de Guatemala, Honduras o El Salvador y otras personas.

La última medida anunciada por Washington, donde utiliza el arma de la restricción de visas para ingresar a dicho país, lo anunció el propio secretario de Estado, Antony Blinken, que señaló que presentan una “nueva facultad de restricción de visas como parte de nuestro esfuerzo para ayudar al pueblo de Guatemala, Honduras y El Salvador a mejorar sus condiciones”.

El secretario Blinken indicó en la declaración que a menudo las mejoras se “topan con los obstáculos que representan la corrupción y la impunidad. La falta de gobernabilidad sólida menoscaba los talentos y los recursos de las personas guatemaltecas, hondureñas y salvadoreñas, frustra su posibilidad de forjar un futuro y motiva a algunos a abandonar sus hogares y embarcarse en el peligroso camino de la migración irregular hacia la frontera de EE. UU.”.

En ese sentido el titular del Departamento de Estado anunció nuevas restricciones de visas a “funcionarios actuales o exfuncionarios de Guatemala, Honduras o El Salvador y otras personas que se consideren responsables o cómplices de atentar contra la democracia o el Estado de derecho». Esto puede incluir actos de corrupción u obstrucción de instituciones o procesos democráticos, como subvertir la integridad y la independencia del sector judicial y de los fiscales anticorrupción”.

La declaración de Blinken señala que es un poderoso y claro mensaje que dan y señalan que “quienes debiliten la democracia o el Estado de derecho en Guatemala, Honduras y El Salvador no serán bienvenidos en Estados Unidos”.

Para la administración Biden lo frágil de las instituciones democráticas, combinada con la impunidad generalizada, ha logrado mellar la confianza ciudadana en sus gobiernos, lo que ha permitido que el cuestionamiento de los procesos electorales y la falta de transparencia hayan provocado violencia.

“Esta política complementa otras herramientas que Estados Unidos está empleando en apoyo a los esfuerzos de los pueblos de Guatemala, Honduras y El Salvador para promover la rendición de cuentas por hechos de corrupción, impunidad y ataques a la democracia”.

Reelección en El Salvador

la Sala Constitucional de la Corte Suprema de Justicia habilitó a Bukele para la reelección inmediata.

El presidente Bukele continúa su marcha arrolladora con el control de las instituciones, eliminar la oposición, así como mantenerse en el poder.

Primero la Asamblea Legislativa, que controla abrumadoramente con su partido Nuevas Ideas y su socio Gama, decidió despedir al 30 por ciento de la judicatura, alegando razones de edad.

Todo juez de 60 años en adelante pasará inmediatamente a retiro y su puesto será ocupado por una nueva figura designada por el Poder Judicial, ahora en manos de Bukele.

Igualmente, la Asamblea Legislativa aprobó una reforma al Ministerio Público que otorga poderes al fiscal general para remover, trasladar y contratar nuevo personal, sin tener que escuchar al Consejo Fiscal.

Mientras la Sala Constitucional de la Corte Suprema de Justicia habilitó a Bukele para la reelección inmediata, anulando una disposición anterior que prohibía un segundo mandato seguido.

El Salvador permitía la reelección alterna, pero Bukele ahora podrá presentarse a otro mandato consecutivo.

El congresista estadounidense Albio Sires mostró su preocupación por el fallo dado por los jueces constitucionales.

Las instituciones como Amnistía Internacional (AI) y Human Rights Watch (HRW) indicaron que están vigilantes y José Miguel Vivanco, director para las Américas de la segunda indicó que “la democracia de El Salvador está al borde del abismo”.

Nicaragua entra en vigilancia

Pero la mirada de vigilancia de Washington, inicialmente centrada en el Triángulo Norte, se ha ampliado más al sur al incluir a Nicaragua, mientras el gobierno Ortega-Murillo se abalanzaba sobre todo el arco de la oposición, tanto política como los medios independientes, encarcelando a sus posibles opositores, cancelando partidos y medios de prensa, al grado de llegar a ocupar las instalaciones del diario La Prensa, el más antiguo, igualándose en ese sentido a la dictadura somocista, que durante décadas gobernó a sangre y fuego Nicaragua.

El gobierno estadounidense ha aplicado sanciones a decenas de funcionarios del régimen de Ortega-Murillo, altos oficiales militares y activistas sandinistas.

Pero ninguna medida parece disuadir a Ortega y su esposa Rosario en su campaña de tierra arrasada con cualquier signo de oposición de cara a las elecciones del 7 de noviembre, donde además de buscar su reelección, buscarán el control del poder legislativo.

Una declaración del Departamento de Estado señaló que la maniobra del gobierno de Nicaragua subraya el “deseo de permanecer en el poder a toda costa”.

El proceso electoral nicaragüense, a juicio de Estados Unidos, incluyendo sus resultados, “ha perdido toda credibilidad”.

Washington dijo que trabaja con otras democracias “para responder diplomática y económicamente a estos acontecimientos nefastos”.

Orden de captura

La fiscalía guatemalteca emitió una orden de captura contra el exfiscal de lucha contra la corrupción, Juan Francisco Sandoval Alfaro

Mientras en Guatemala, la Fiscalía emitió una orden de captura contra el exfiscal de lucha contra la corrupción, Juan Francisco Sandoval Alfaro, días después que el funcionario fuera despedido de su cargo.

Sandoval Alfaro fue una pieza clave en los juicios que llevaron a prisión al expresidente Otto Pérez Molina, así como otros altos funcionarios con asistencia de la desaparecida Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala (CICIG).

Pero Sandoval Alfaro se encuentra fuera del país, ya que al día siguiente de su despido se exilió alegando amenazas a su integridad.

Dineros sucios en las campañas hondureñas

En tanto en el caso hondureño frenar los dineros sucios en campañas, corrupción e inequidad   son el fundamento de una estrategia que ataque las causas y raíces que originan la migración con un enfoque integral que permita mejorar las condiciones de vida de la gente y que combata flagelos como la corrupción e impunidad que afectan Honduras, así como otras zonas de las Américas.  

“En la entrada de dineros del crimen organizado al proceso político a través de donaciones a campañas”, dijo Ricardo Zúniga, enviado especial para el Triángulo Norte del Buró de Asuntos del Hemisferio Occidental al disertar en una conferencia auspiciada por empresarios hondureños.

Zúñiga también ha dicho que al menos tres mil millones de dólares anuales se pierden en Honduras, como producto de la corrupción estructural favorecida por la impunidad en este país.

Impotencia de EE. UU.

El presidente de la organización Diálogo Interamericano, Michael Shifter recordó que la agenda de Biden en Centroamérica, así como Haití y Cuba, está centrada por el tema de la migración.

Para el presidente de la organización Diálogo Interamericano, Michael Shifter, la administración Biden muestra impotencia ante el curso de los acontecimientos en Latinoamérica y en algunos países en particular.

En una entrevista a The Washington Diplomat, Shifter dijo que es “difícil imaginar la campaña de terror [en Nicaragua] que está ocurriendo en el siglo XXI, pero Estados Unidos parece relativamente impotente en lo que puede hacer. Ortega es absolutamente desafiante, y la mayor parte del resto de la región es bastante indiferente, lamentablemente. Uno habría esperado una reacción más fuerte».

Shifter recordó que la agenda de Biden en Centroamérica, así como Haití y Cuba, está centrada por el tema de la migración, ya que es un tema que tiene impacto interno.

“La administración quiere apoyar la democracia en ambos lugares, pero la política interna es primordial”.

En otra entrevista a una radio de Colombia, el presidente de Diálogo Interamericano dijo que “Estados Unidos no está jugando el papel dominante que había adoptado en otras negociaciones”, aunque en esa ocasión hacía referencia a Venezuela. (PD)

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