Miami (EEUU) – La caravana de cerca de 7,000 migrantes centroamericanos que intenta llegar a Estados Unidos presenta al gobierno mexicano un serio dilema: dejarla pasar hacia la frontera o confrontar a un ya furioso Donald Trump.
Cualquiera que adopte, va a salir perdiendo.
La presión mayor es la del presidente norteamericano, Donald Trump, para que detenga la caravana o se “atenga a las consecuencias”.
La caravana, en su mayoría hondureños, se encuentra en el estado de Chiapas, en el sureste del país, y su objetivo prioritario, por ahora, es poder llegar, siempre a pie, a la capital, donde tendrán una mayor repercusión mediática.
Para eso, les falta por recorrer más de 1,500 kilómetros para llegar a McAllen (Texas), sin esperar a una segunda caravana, de más de 1,000 personas que viene atrás, por Guatemala.
Presidente de México, Enrique Peña Nieto.
En la capital mexicana, el gobierno está dudando que hacer ante esta avalancha de gente. Por un lado, el presidente saliente, Enrique Peña Nieto, repite la versión oficial de que nadie puede entrar al país indocumentado y que tienen que pedir un permiso de asilo o refugio.
Pero el gobierno de Peña Nieto termina su mandato el 1 de diciembre, cuando asuma el poder el presidente electo, Andrés Manuel López Obrador en su campaña electoral pidió un “trato más digno” para los migrantes centroamericanos que pasan por México hacia Estados Unidos.
Andrés Manuel López Obrador, presidente electo de México.
Marcelo Ebrard, quien será el próximo ministro de Relaciones Exteriores, ya ha advertido que sería “un gran error” si el actual gobierno envía al ejército a frenar o detener la caravana.
Por lo tanto, el actual y titubeante gobierno de Peña Nieto se enfrenta a un triple desafío: Trump presionándolo de una manera amenazadora para que detenga la caravana, el gobierno entrante vigilando sus próximos pasos y la opinión pública mexicana que no quiere que su país siga las órdenes de Washington como un lacayo.
En Washington, Trump insiste que en la caravana viene “gente mala” y que ahora más que nunca hay que construir el muro en la frontera para detener esa “avalancha”, que es ya una “amenaza a la seguridad nacional”.
Migrantes hondureños descansan.
El presidente ya ha advertido que si los migrantes llegan a la frontera con México, la va a cerrar con el consiguiente perjuicio para el comercio diario de varios millones de dólares.
Y que también podría suspender la ayuda económica a México, como lo hará con Guatemala, El Salvador y Honduras por dejar pasar la caravana por sus territorios.
En Estados Unidos, Trump y los republicanos siguen explotando la caravana, con fines políticos, impartiendo miedo a su electorado, con vista a las elecciones parciales del Congreso el 6 de noviembre.
Mapa de posibles rutas de los migrantes. Tomado del Daily Mail de Londres.
El sito en internet conservador “Breibart News”, muy ligado a los republicanos, infla hoy, de una forma alarmante, la cifra de los migrantes que vienen en las dos caravanas a 14,000, lo que es falso.
