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Diario mexicano relaciona al expresidente Hernández con narco colombiano y Ovidio, el hijo del Chapo Guzmán

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Tegucigalpa – El mexicano Ovidio Guzmán López, alias “El Ratón”, se convirtió en el más importante narcotraficante internacional capturado en 2023, inicia diciendo un amplio reportaje hecho por Diario Universal de México, quien relaciona al detenido con el narco colombiano Dairo Antonio Úsuga David, (Otoniel) y al expresidente Juan Orlando Hernández.

El arresto de Guzmán, uno de los principales de la década de 2020, fue precedido por los de dos piezas cruciales del narcotráfico del sur de América ya extraditados a Estados Unidos para enjuiciar por conspirar para enviar cocaína al mercado estadounidense: el ex presidente hondureño alias “JOH”, quien cayó en Honduras en 2022, y el colombiano Dairo Antonio Úsuga David, alias “Otoniel”, en 2021 en Colombia, indica el diario mexicano y que a continuación Proceso Digital reproduce textualmente a continuación.

Un factor en común entre “JOH”, “Otoniel” y “El Ratón” es el nexo criminal que mantuvieron con el narcotraficante mexicano Joaquín Guzmán Loera, alias “El Chapo, ex máximo jefe del Cártel de Sinaloa, extraditado en 2017 a EU y condenado en 2019 en ese país a cadena perpetua y 30 años de cárcel por narcoactividad. “El Ratón” es uno de los nueve hijos de “El Chapo” y fue detenido este jueves en México.

Con los negocios que pactó hace unos 21 años con los cárteles mexicanos de Sinaloa y Los Zetas para vender y transportar cocaína de Colombia a México y EU, vía Centroamérica y el Caribe, “Otoniel” llegó consolidarse como jefe de las Autodefensas Gaitanistas de Colombia (AGC), una de las más poderosas fuerzas derechistas paramilitares de ese país que opera como Clan del Golfo.

El Clan o AGC fue dirigido hasta octubre de 2021 por “Otoniel”, cuya captura, en octubre de 2021, llevó al entonces gobierno colombiano a describirlo como el narcotraficante más poderoso de Colombia del siglo XXI. Como uno de los latinoamericanos con uno de los más surtidos expedientes mafiosos, Úsuga fue extraditado en mayo de 2022 a EU.

Nacido en 2006 de divisiones y cambios en el andamiaje paramilitar, el Clan fue calificado en 2021 como el principal cártel colombiano del narcotráfico internacional, como proveedor de cocaína marítimo y aéreo de Centroamérica y el Caribe para los cárteles mexicanos de Sinaloa, Los Zetas y Jalisco Nueva Generación (CJNG).

El vínculo del Clan con el CJNG surgió tras la creación de esta mafia mexicana en 2007. Fuentes policiales antidrogas de Colombia confirmaron a EL UNIVERSAL que “Otoniel” forjó estrechos lazos con Sinaloa, Los Zetas y CJNG, pero que el más fuerte fue con “El Chapo”, al menos hasta 2015.

La aprehensión de Guzmán en 2014 y, tras su fuga en 2015, su recaptura en 2016, aminoró las relaciones entre Otoniel y El Chapo, de acuerdo con los informantes. Sinaloa, y CJNG son ahora los cárteles mexicanos más fuertes en Colombia.

El proceso en EU contra Otoniel y sus socios colombianos se remonta a 2009, con cargos judiciales en el Distrito Sur de Nueva York por conspiración, tráfico de drogas y terrorismo, y a 2015, con acusaciones en el Distrito Sur de Florida por tráfico drogas, conspiración criminal, conspiración de drogas, distribución de cocaína y conspiración de asesinato.

En ambas surgió el eslabón México. “Otoniel” y su Clan coordinaron la “producción, compra y transferencia” de los “cargamentos de varias toneladas de cocaína” a Centroamérica y México para importar a EU, aseguró la acusación.

Los investigadores estadounidenses concluyeron que, con un promedio anual de 2003 a 2012 de unos 30 envíos de mil 600 kilogramos a 12 toneladas, el total traficado llegó a unas 75 toneladas.

“El Clan estableció muy buenas relaciones con (el Cártel de) Sinaloa para delinquir en todo el andén del (litoral) Pacífico colombo—ecuatoriano, por donde sale 70% de la cocaína colombiana”, aseguró el colombiano John Marulanda, coronel en reserva activa del Ejército de Colombia y presidente de la Asociación Colombiana de Oficiales de las Fuerzas Militares de Colombia en Retiro.

“Es emblemático en México que Sinaloa y CJNG no se quieren. Sin embargo, el Clan sacó beneficio y se relacionó con ambos, pero teniéndolos en áreas muy distantes dentro de Colombia de modo que no se encuentren y los dos están en el mismo negocio”, narró Marulanda a este diario.

Como proveedor del 80% del consumo global, Colombia es el principal productor mundial de cocaína con cálculos que oscilan de mil 600 a mil 900 toneladas al año que se multiplican con mezclas para reducir pureza.

La Oficina de Naciones Unidas para la Droga y el Delito (ONUDD) precisó en junio de 2022 que la producción mundial de cocaína fue de mil 982 toneladas en 2020 y de mil 723 toneladas en 2019. Todavía no hay datos actualizados.

Sobornos políticos

Acusado de conspirar para traficar 500 toneladas de cocaína desde 2004 por Centroamérica y México rumbo a EU con el Cártel de Sinaloa y policías y militares corruptos y mafias de Honduras, el ex presidente Hernández se transformó en 2022 en el primer ex presidente de América Latina y el Caribe extraditado a EU por narcotráfico en más de 50 años de guerra mundial contra las drogas.

Hernández gobernó en dos cuatrienios consecutivos, de 2014 a 2022. La causa en su contra está en la Corte del Distrito Sur de Nueva York y parte esencial son sus presuntos nexos con el Cártel de Sinaloa para el contrabando internacional de cocaína.

Hernández concluyó su segundo mandato el 27 de enero de 2022 y el 15 de febrero, a solicitud de EU con fines de extradición, fue detenido en su residencia en la capital hondureña en un fuerte dispositivo policial para impedir su fuga.

EU solicitó en 2022 a “JOH” en extradición por narcotráfico, contrabando de armas, asociación ilícita y nexos con el crimen organizado. La extradición se concretó en abril.

Una acusación es por conspirar “para importar una sustancia controlada” a EU, con el “conocimiento de que dicha sustancia sería importada ilegalmente” en ese país. Otra es por “usar o portar armas de fuego, o ayudar e instigar al uso, el poder y la posesión” de “ametralladoras y dispositivos destructivos”.

También se le culpa de conspirar “para usar o portar armas de fuego, incluyendo ametralladoras y dispositivos destructivos (…), en apoyo de la conspiración de importación de narcóticos”.

Con este caso quedó una vez más al descubierto la huella de “El Chapo” en Centroamérica. Los procesos revelaron que, como candidato presidencial del Partido Nacional, entonces partido oficialista o gobernante, el ahora ex presidente supuestamente recibió un millón de dólares en 2013 de “El Chapo” para financiar la campaña de ese año que le llevó a la presidencia en 2014.

Las pesquisas estadounidenses determinaron que un emisario de alto rango de “El Chapo” se reunió en Honduras en el último trimestre de 2012 con poderosos dirigentes políticos hondureños en una hacienda del nororiental departamento (estado) de Colón, Honduras.

El mensajero de Guzmán Loera les entregó dinero para financiar las campañas electorales y precisó las condiciones para desarrollar los negocios del Cártel de Sinaloa con su aparato de “lavado” de dinero.

El turbio trillo de “El Chapo” en Honduras se reconfirmó en los juicios en Nueva York a Juan Antonio Hernández Alvarado, alias “Tony”, hermano del ex mandatario y capturado por narcotráfico en 2018 en EU, y a otros 29 hondureños—políticos, policías y jefes criminales de Honduras—efectuados desde 2017 en Nueva York.

De acuerdo con la indagatoria de EU, “Tony” actuó de intermediario en la maniobra criminal entre su hermano y los mafiosos.

El ex presidente fue llevado a Nueva York con un precedente de temor: su hermano fue sentenciado en 2021 en EU a cadena perpetua más 30 años de cárcel por narcoactividad.

Hernández sucedió en 2014 en la presidencia a Porfirio Lobo (2010-2014) en medio de una honda penetración de Guzmán y sus estructuras del Cártel de Sinaloa. Fabio, hijo de Lobo, fue detenido en 2015 en Haití por narcoactividad y condenado, en 2017 en Nueva York, a 24 años de cárcel por traficar drogas con el Cártel de Sinaloa.

Honduras se consolidó desde al menos los últimos 25 años del siglo XX en una plataforma clave del tráfico regional de cocaína principalmente desde Colombia a EU vía Centroamérica y México por tierra, aire y mar.

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