San Salvador.– Las autoridades de seguridad de El Salvador detuvieron en la madrugada de este jueves a 35 supuestos pandilleros de la Mara Salvatrucha (MS13) acusados de 18 homicidios, incluidos los de 4 soldados, informaron fuentes oficiales.
Un portavoz de la Policía Nacional Civil (PNC) indicó a periodistas que estas personas fueron detenidas en varias comunidades de los municipios de Ilopango y Soyapango, cercanos a la capital y reconocidos por la presencia de pandilleros.
Añadió que otras 45 personas recluidas en varias cárceles del país serán notificadas de nuevos cargos en su contra por supuestamente participar en estos crímenes.
Por su parte, la Fiscalía General de la República (FGR) destacó en sus redes sociales que con estas detenciones se «esclarecen» 18 homicidios y 5 privaciones de libertad.
Entre estos casos se encuentran la privación de libertad y el asesinato de 4 miembros de la Fuerza Armada, desaparecidos en octubre de 2016 y cuyos restos «han sido ubicados enterrados en fosas clandestinas».
Señaló que «las investigaciones determinan que estas personas han participado en crímenes de miembros contrarios a su organización criminal y que de igual forma fueron sepultados».
Estos sitios se suman a los más de 150 cementerios clandestinos de las pandillas encontrados desde 2014 en diversas partes del país, con más de 220 víctimas de la violencia homicida.
Israel Ticas, uno de los forenses más reconocidos en El Salvador, ha señalado en diferentes ocasiones que si una persona pasa más de ocho días desaparecida existe una alta probabilidad de que haya sido asesinada y enterrada en uno de estos lugares.
Los detenidos, quienes son vinculados por las autoridades a la célula de la MS13 conocida como «Tecolotes Locos Salvatruchos», también enfrentarán la Justicia por el delito de agrupaciones ilícitas.
Más de 10.800 personas han desaparecido en El Salvador desde 2010, según datos de la PNC, por encima de las 8.000 registradas oficialmente durante la guerra civil que vivió el país entre 1980 y 1992.
Las tasas de homicidios de entre 103 y 50,3 por cada 100.000 habitantes registradas entre 2015 y 2018 colocan a El Salvador como uno de los países más violentos del mundo, índices que el Gobierno atribuye a las acciones de las pandillas.
