Tegucigalpa – El crimen parece no darle tregua a la autoridad a la que desafía contantemente. Así lo refleja la vorágine de muertes que cobran vidas de trabajadores del sector y pasajeros cotidianamente.
– Constantemente, rutas del transporte público paralizan sus unidades para pedir acciones en contra de la extorsión y delincuencia común que los abate.
– El gobierno anuncia persecución en contra de los que por mucho tiempo se han dedicado a cometer atracos en buses y taxis.
Al par, el trasporte público es uno de los rubros más cuestionados debido a los oscuros laberintos que envuelven las operaciones del sector.
Este lunes, apenas horas después de que el gobierno nombró una junta interventora para desentrañar los males que aquejan el rubro, los delincuentes volvieron a operar y acribillaron a un motorista en el norte del país.
El fin de semana, en la capital hondureña, los buses y taxis operaron a medio vapor debido a las amenazas de asesinar a transportistas de rutas indeterminadas. El pánico colectivo sacudió a los trabajadores.
El tráfico y distribución de drogas, la extorsión y la violencia que sacude el transporte público en Honduras, retratan las formas de delincuencia organizada que más daño causan a la población de a pie en Honduras.
Constantemente se suscitan crímenes contra motoristas, cobradores o ayudantes en el transporte público. La mayoría de los casos están ligados a la extorsión.
Los pasajeros tampoco escapan a esta espiral de violencia, así lo demuestra un reciente informe del Comisionado Nacional de los Derechos Humanos (Conadeh), que registró entre 2012 y 2013, alrededor de 153 taxistas asesinados mientras que otros 17 resultaron heridos, con un saldo total de 170 víctimas, es decir, un promedio de siete mensuales.
Los datos generalizados señalan que al menos 231 víctimas entre taxistas, pasajeros y particulares, fue el saldo que dejaron los 174 hechos violentos registrados en las unidades de taxi, durante estos dos años.
En los últimos tres días, cuatro motoristas fueron asesinados al interior de las unidades de transporte. El flagelo parece hacerles una afrenta a las autoridades. Los crímenes no cesan.
Intervención
Este lunes, el gobierno que preside Juan Orlando Hernández, determinó intervenir la Dirección de Transporte mediante la Fuerza Nacional Antiextorsión.La decisión se tomó luego de conocer un informe que refleja lo vulnerables que son los actores principales del transporte público. Se pretende reorganizar el rubro urbano e interurbano en todos los sentidos.
El cuestionamiento al manejo de subsidios, permisos de operaciones y el empleo de cientos de “paracaidistas” son parte de los males que también envuelven el transporte en Honduras.
Las autoridades del sector deberán comenzar una depuración desde lo interno, continuar con el gremio y llegar hasta las bandas criminales. Entre las determinaciones adoptadas destacan, la modificación de los procedimientos para la extensión de permisos de operación de las unidades.
Información
Asimismo, se ordenó la revisión de las rutas del transporte, la introducción de prácticas transparentes en las decisiones administrativas y las medidas necesarias para terminar con el trasiego de información por parte de los empleados de la DGT.
Además, las autoridades de Seguridad y de Transporte deberán presentar en un plazo no mayor de una semana, un plan integral de seguridad en el rubro que incluye el uso de tecnología apropiadas para controlar la circulación de las unidades, la vigilancia al interior de las mismas y la utilización de cámaras de video, al igual que en las principales estaciones de buses y puntos de taxis.
“Así como tomamos decisiones con respecto a la intervención de todas las aduanas en el país y la seguridad en los aeropuertos, de igual manera vamos a tomarlas en el transporte público”, resaltó el presidente Hernández.
Manifestó que “es bueno que quienes han venido cometiendo actos delictivos sepan que tenemos información que nos va a permitir tomar decisiones, unas ya en curso y un proyecto más estructurado, más completo que garantice al pueblo hondureño un servicio con condiciones de seguridad aceptables, en el que el transportista y el trabajador también sientan que es un trabajo digno el que tienen”.
Anunció que en los próximos días estará pidiendo de manera privada y otras veces pública el apoyo de la ciudadanía, “porque en Honduras en el sistema de transporte la gente tiene que andar en paz y en tranquilidad de igual manera”.
Reacciones
El empresario del Transporte, Jorge Lanza, valoró los esfuerzos del gobierno para garantizar la vida de los empleados de rubro, así como de los usuarios.
“Esperamos que estas acciones sean permanentes, que se sostengan para que vengan a beneficiar a los usuarios y trabajadores del transporte público”, afirmó.
Lanza reveló que en los últimos meses ha habido una alta deserción de usuarios por el temor generalizado que existe entre la población. “Hemos perdido muchas vidas, pero repito, esperamos que la medida no sea por un momento y que luego nos abandonen como siempre ocurre”, manifestó.
Continuó que “Dios está con nosotros, él quiere que este pueblo prosiga… la esperanza de nosotros es que existan resultados positivos para una población necesitada de seguridad”.
Mencionó que el sistema de cámaras que se instaló en algunos buses del transporte público no dio grandes resultados porque no hubo seguimiento. “Al principio fue un disuasivo importante para los delincuentes, pero al final cuando ellos mismos se dieron cuenta que no eran capturados, siguieron cometiendo sus fechorías”, lamentó.
Datos del transporte público
Se estima que en Tegucigalpa circulan mil 400 buses amarillos, mil 500 buses ejecutivos
o rapiditos y ocho mil taxis, mientras que la invasión de mototaxis en barrios y colonias es preocupante por el peligro que representan.
Según el Plan de Movilidad Urbana Sostenible (PMUS) elaborado por la Alcaldía Municipal, los buses ocupan el 45 por ciento de la red vial, el servicio de taxi el 14 por ciento y apenas el 41 por ciento de las calles le corresponde al parque vehicular independiente.
En la capital operan 103 rutas de transporte; 83 urbanas y 20 interurbanas, en cuanto al servicio de taxis, operan 54 puntos en Tegucigalpa y 47 en Comayagüela.
Pese a la elevada demanda en la capital la DGT, apenas realiza operativos móviles en 16 puntos a cargo de un promedio de 200 agentes, mientras que la vigilancia del parque vehicular es cubierta por menos de 180 agentes.
