Tegucigalpa – El director del Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso Honduras), Rolando Sierra sugiere repensar el modelo de desarrollo del país, para dejar atrás la estela de pobreza, inequidad, desigualdad, la no generación de empleo decente, y con eso la migración que ha generado el modelo actual.

Asimismo, indica que además de un modelo que sea inclusivo, equitativo, con oportunidades para todos, también se debe fortalecer las instituciones democráticas, eje fundamental ya que la corrupción y la corrupción son factores por los que la gente también emigra.
La Flacso Honduras, el Observatorio de Migraciones Internacionales en Honduras y la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH) socializaron este miércoles los resultados del estudio sobre la migración temporal estacional de los corteros en el departamento de El Paraíso, que es el reflejo de la realidad que se vive en los 15 departamentos donde se cultiva café.
Históricamente, la explotación infantil, los asaltos, la exposición a accidentes viales y la violación de derechos laborales han marcado la vida de la población recolectora de café en Honduras, la que sigue integrándose a las filas de emigrantes hacia países como los Estados Unidos o España, principalmente.
La falta de mano de hora en las fincas cafetaleras ha llegado a extremos que, en el caso de El Paraíso, 75 por ciento de los dueños dijeron que no encuentran corteros. Mientras que cuando el precio del grano está bajo en el mercado internacional, dejan perder el grano para no tener grandes pérdidas.

Sierra también apuntó el impacto de la estigmatización a los migrantes retornados, que se les considera fracasados, “casi el 35 % de esta población intenta migrar nuevamente, otro 35 % trata de buscar empleo en el país o emprender con algún negocio y el 30 % restantes que ya ha perdido todo sentido de la vida y que es algo que hay que trabajar sicosocialmente”, afirmó.
Los desalentados
El Instituto de Investigaciones Económicas y Sociales (IIES), Ricardo Matamoros destacó que hay patrones que se están repitiendo en las zonas cafetaleras, pero preocupa más el hecho de que en la actualidad se están agudizando.
“Si uno analiza las estadísticas del mercado laboral, las más recientes, publicadas en marzo de este año, uno encuentra que los niveles de participación de las mujeres y los jóvenes no han llegado a los niveles antes de la pandemia, más bien se ha deteriorado”, señaló.

Para estos dos grupos poblacionales, la situación es tan crítica que al no encontrar trabajo ya han caído al grupo denominado los “desalentados”, que son personas que, aunque pueden trabajar, tienen la edad para trabajar, ya no están buscando activamente.
En este caso, “lo grave es que, si pasa mucho tiempo en esa situación, la evidencia nos dice que lo que va tender a ocurrir es que los niveles de migración no van hacer más que crecer ante la desesperanza”. VC