El titular de la DEI, Mario López, señaló que ese punto fronterizo ahora se ha convertido en una aduana de paso donde solamente se atienden un promedio 150 vehículos pequeños de entrada y salida que a diario cruzan la frontera, lo mismo que unas 300 personas.
Con la remodelación no solamente se le dan comodidades y facilidades a los usuarios sino también a los mismos empleados de la DEI, Migración y Extranjería y del Organismo Internacional Regional de Sanidad Agropecuaria (OIRSA).
Indicó que entra esa aduana y una que se inauguró recientemente en el puente sobre el río Goascorán y que sirve para el tránsito de mercancías, se tiene una meta de recaudar unos 116 millones de lempiras mensuales, es decir, unos mil 300 millones de lempiras al año.
López señaló que desde hace 66 años, cuando se inauguró ese edificio, no se hacia una remodelación en ese antiguo edificio que prácticamente se había convertido en un nido de ratas.
Agregó que a través de un préstamo del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) se logró hacer la remodelación a un costo de 11 millones de lempiras a fin de convertir el vetusto edificio en unas instalaciones muy modernas.
Anunció que en un par de semanas se inaugurará también la remodelación de la aduana de Guasaule, fronteriza con Nicaragua y lo mismo se hará en la de Puerto Cortés, la que se sacará del edificio donde funciona actualmente para trasladarla a nuevas instalaciones en los predios de la Empresa Nacional Portuaria (ENP) para lo cual se ha suscrito un contrato por 40 años.
Asimismo, se va a modernizar el edificio de la aduana de Agua Caliente en la frontera con Guatemala y la aduana aérea La Mesa en el aeropuerto internacional de San Pedro Sula.
Finalmente, apuntó que hasta el momento la recaudación tributaria anda en 30 mil millones de lempiras con un desfase de entre mil 200 y mil 500 millones de lempiras,
La aduana de El Amatillo fue construida entre 1946 y 1947 por Carlos Becker, la misma persona que construyó la aduana terrestre de La Fraternidad entre 1943 y 1945.
Hasta julio de 1969, luego de las acciones bélicas entre ambos países, se dio la destrucción total de esa administración de aduanas, para los países, Honduras y el Salvado y se contaba con oficina bancaria y otros servicios.
Esa aduana ha sido decisiva como parte del desarrollo económico y social del país, tanto para su facilitación del comercio, la industria y el turismo, como también a las finanzas públicas en concepto de impuesto y otros cargos al comercio exterior.
Funciona como una aduana de tránsito, ya que a raíz de la apertura de la aduana El Guasaule ha disminuido el tránsito de mercaderías. La mayor parte del trabajo allí, se refiere a la revisión de mercaderías procedentes de Panamá y sobre todo la detección del contrabando de drogas provenientes de otros países.
El 29 de enero de 2001, las autoridades de Salvador y Honduras decidieron integrar el funcionamiento de las oficinas de las aduanas, migración y cuarentena, de las aduanas fronterizas de El Amatillo, en un solo edificio o instalaciones, lo que se realizó mediante el traslado del personal, mobiliario, equipo de oficina y bancos de Honduras a las instalaciones de la aduana El Amatillo de El Salvador y el traslado de personal de migración y cuarentena de El Salvador para el edificio de la aduana de Honduras.
Esa decisión se tomo con el propósito fundamental de armonizar los procedimientos aduaneros que han de implementarse en las aduanas periféricas al entrar en vigencia la Unión Aduanera entre estos dos países.
La aduana El Amatillo, es una aduana terrestre fronteriza entre El Salvador y Honduras, se encuentra a 209 kilómetros de San Salvador (capital de El Salvador), carretera Panamericana, hacia el oriente, en la jurisdicción del departamento de La Unión y a 140 kilómetros de Tegucigalpa, hacia el suroccidente, en la jurisdicción del departamento de Valle.
En la actualidad es la aduana terrestre que concentra el mayor flujo de comercio y turismo entre los dos países; siendo esta la razón principal por la cual se seleccionó para su unificación o integración.
Las actividades de importación, exportación, tránsito y otras, amparadas en regímenes aduaneros se describen tal y como se realizan en esta aduana.
Funciona como aduana integrada desde el 29 de enero del 2001, lo que significa que realiza servicios administrativos responsables de la aplicación de la legislación y procedimientos aduaneros comunes de dos o más países, que comparten una misma oficina administrativa de despacho de las mercancías.
