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Daniela busca trabajo mientras libra batalla contra el cáncer

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Tegucigalpa – Hace un año y medio le detectaron cáncer en los huesos y aunque nunca fue paciente del Instituto Hondureño de Seguridad Social (IHSS), no esconde su rabia, impotencia y dolor por lo que pasó en ese centro asistencial, que hoy lo convierte en un emblemático acto de corrupción

– «Lo que pido únicamente es una oportunidad de trabajo y sin compasiones. Mis fuerzas todos los días para superarme vienen de Dios y mis hijos», imploró.

– «Los que roban estos medicamentos no tienen madre y mucho menos sentimientos. Me da pesar porque la inteligencia y sabiduría que Dios les dio no la usaron para cosas productivas», lamentó.

En su lecho de enferma, la joven mujer saca fuerzas de flaqueza para enfrentar el día a día, una realidad compleja porque ni siquiera tiene un empleo para financiarse el costoso tratamiento que le permita seguir al lado de lo que más ama: sus dos hijos.

Nuestra entrevistada, a quien llamaremos Daniela para proteger su identidad, tiene 38 años y como la mayoría de los hondureños trabajó desde pequeña para ayudar a su madre en los gastos del hogar.

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«Tuvimos episodios muy tristes, tuve una madre soltera y como es lógico en estas condiciones cuesta un poco más la vida», recordó.

Relata que desde las 2:00 de la mañana estaba arriba para hornear pan y a las 6:30 iba de camino a la escuela.

«Volvía a casa a las 12:30 para continuar la faena y luego hasta en la noche llegaba a casa a medio hacer las tareas de la escuela».

Pero eso no es todo, Daniela cuenta que tiene un hermanito especial (ahora con 23 años) que por negligencia médica tuvo un cuadro clínico de parálisis cerebral.

«Él se pasó de nacido y no tuvo suficiente llegada de oxígeno al cerebro, lo que al final repercutió en el diagnóstico que lo postró de por vida», narró entre sollozos.

Nuestra entrevistada agrega que su madre vive en Talanga, Francisco Morazán, junto a su hermano especial. «Mi madre se juntó (unión libre) con un hombre y allá viven los tres», dijo.

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La joven mujer tiene dos hijos: un varón de 15 años y la niña de 10. Ambos son su fuerza para seguir en la vida.

Cuando tropieza se apoya en el afán de verlos crecer y la vida empieza de nuevo.

«No le pido mucho a la vida, tampoco al sistema… lo único que me haría feliz en estos momentos es tener un empleo decente para costearme mi tratamiento y llevar algo de comer a mis hijos.

“Ellos no saben que su madre tiene una enfermedad terminal y quiero que lo sepan hasta el día que me llegue la hora», exteriorizó.

En medio del bullicio de la capital hondureña -en pleno centro de la ciudad- Daniela abre su corazón y contesta cada una de las preguntas de Proceso Digital:

¿Qué pasó después que terminaste la secundaria?

Tomé decisiones equivocadas.Creo que mi mamá con tanta pobreza, me acuerdo que lo que buscaba era salir de mi casa.

No me preparé, llegué hasta Bachillerato y luego me casé con el primero que me tocó las puertas.

¿Tenés hijos?

Me casé, tuve dos hijos y en diez años de matrimonio aguanté engaños, borracheras, golpes… pero de una u otra forma me sentía bien porque al menos podía decir que tenía un hogar.

Crecí en las cosas de Dios, lo conocí y escuchaba que su palabra dice que él quiere siempre a la familia unidad y me centraba en eso.

¿Qué más siguió en tu vida?

Mi vida siguió normal hasta que conocí a otra persona. Creí que era la respuesta a mis oraciones. Me trataba bien, pero moralmente no me sentía igual.

¿En qué momento te das cuenta que tenés cáncer?

Hace año y medio estando con esta persona. Actualmente con él, quien yo creía que era la solución a todos los problemas, pues igual, me dejó por otra más joven y sana.

¿Pero contáme más acerca de tu diagnóstico clínico?

Comencé a sentir que me cansaba fácilmente, no realizaba las mismas tareas que hacía años atrás, fue así que decidí ir al médico. Me recetaron una serie de exámenes y ahí me salió lo de la enfermedad.

El cáncer sabemos que es una enfermedad que poco a poco va avanzando. Tengo cáncer de huesos, ahorita me está agarrando la parte de arriba, donde no tengo fortalezas.

¿Y el tratamiento?

Tomo un medicamento que es lo mismo que decir quimioterapias tomadas porque no está tan avanzado como la quimio. Además, actualmente no tengo ni los medios para ir a un médico.

Lastimosamente vivimos en un país en el que las oportunidades no te aparecen porque las necesités, sino porque tenés a un buen padrino, un buen pegue como decimos aquí en Honduras.

La pregunta está de más, pero ¿qué se siente cuando un médico te dice que tenés cáncer?

Fatal -asoman lágrimas en sus ojos- Lo primero que se me vino a la mente son mis hijos, es doloroso saber que pueda que mañana no despertés o en mi caso no tengás la fuerza para luchar por ellos.

¿Cómo haces con los medicamentos?

Ahorita no los estoy tomando porque no tengo trabajo y son muy caros, pero lo único que le pido a Dios es que mientras mi enfermedad avance que me dé fortalezas y sabiduría.

Creyendo siempre en la mano poderosa de Dios.

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¿cómo querés que sea todo este tiempo?

Lo peor para el enfermo de cáncer es deprimirse. Desde el momento que tenemos un bebé en los brazos sabemos que también va a morir.

Repito, lo que le oro a Dios es que me dé fuerzas para que cuando ese día llegue al menos haya trabajado algún tiempo para dejarle algo a mis hijos. Quiero enseñarles a mis hijos que la vida no es fácil, que sepan que cada día que nos levantamos no sabemos si ese será el último, por eso hay que vivirlo como el último.

¿Con qué frecuencia tomás tu tratamiento?

El médico me lo puso, como es muy pesado, de lunes a jueves… La caja trae 20 pastillas y me tomo dos diarias, más o menos cuatro mil lempiras al mes, aparte de la visita al médico.

¿De allí la urgencia de un trabajo?

Claro, así perfectamente podría cubrir mi tratamiento y las necesidades básicas de mis hijos.

¿Qué sentís cuando te das cuenta que en los hospitales públicos de Honduras se vencen medicamentos, que se los roban?

entrevista-a-Daniela2Obviamente los que hacen este tipo de cosas, es porque no tienen las necesidades en su familia de alguien que visita un hospital público y se encuentra que no hay los medicamentos que podrían salvarle la vida. Es triste ir al médico y que te den la receta, y uno sabe que apenas tiene dinero para el pasaje del bus para regresar a casa.

Los que roban estos medicamentos no tienen madre y mucho menos sentimientos. Me da pesar porque la inteligencia y sabiduría que Dios les dio no la usaron para cosas productivas. La verdad, siento rabia, impotencia y hasta dolor.

Me doy cuenta que hay muchos que dicen amar a Dios y nada de eso es cierto. Los políticos sólo saben decir que Dios aquí, que Dios allá… pero si de verdad lo conocieran se dieran cuenta de lo equivocados que están.

En Honduras, siendo un país muy rico, las riquezas están mal administradas porque sólo hay que pensar que ni siquiera pueden ser capaces de mantener abastecidos de medicamentos los hospitales, eso es doloroso.

¿Cuál es tu mayor deseo por ahora?

Un milagro de Dios para seguir adelante. Quiero tener un trabajo decente, eso es todo lo que pido, no quiero dinero regalado, quiero trabajar como es la ley de la vida.

A los que quieran ayudarte, ¿qué trabajos podes desempeñar?

Me he sabido desempeñar en mis trabajos. Entro siendo muy pequeña y luego salgo como alguien grande. Los únicos trabajos que no puedo desempeñar son los que implican fuerza. Puedo servir atendiendo una planta telefónica, ordenar documentos en una oficina e incluso labores de secretaria.

Lo que pido únicamente es una oportunidad de trabajo y sin compasiones. Además mis fuerzas todos los días para superarme vienen de Dios y mis hijos.

¿Existe la fe que las cosas van a mejorar en tu vida?

Hay momento que pierdo las esperanzas, pero cuando pasa eso recapacito en el pasaje bíblico que dice: ‘que si tenemos la fe del tamaño de un grano de mostaza, le pediríamos a una montaña que se mueva y se movería’… Pienso que así como hay injustos, hay justos y estos son movidos por la mano poderosa de Dios.

¿Qué le dirías a aquellos que se quejan por todo en esta vida?

Los que están sanos y lo tienen todo les digo que yo un día lo fui. El diagnóstico de una enfermedad terrible te cambia la vida. A todos aquellos que se quejan porque quizás hoy no comieron lo que querían, o no pudieron comprar el celular que añoraban, o que no pueden tener la última laptop… pónganse a pensar que no somos eternos, valoremos lo que tenemos y denle gracias a Dios por todo.

¿Qué pasaje bíblico se te viene a la mente ahora mismo?

Mateo:7-12: Dice Jesucristo que hay que hacer a los demás lo que a ti te gusta que te hagan… allí se resume mucha sabiduría.

Daniela se puso de pie. Apenas tuvo tiempo de despedirse con las manos. En su cartera guardó sus debilidades, limpió sus mejillas y otra vez se lanzó en busca de vivir días dignos para ella y sus hijos. Un trabajo y el milagro de Dios harán la diferencia.

Si alguien desea ayudar a Daniela en la obtención de un trabajo para costear su tratamiento médico, puede comunicarse al correo jsierra@proceso.hn o jorgitoparalosamigos@yahoo.es

Cualquier otro tipo de ayuda es bienvenida para esta humilde hondureña que tan sólo pide seguir viviendo para apoyar a sus hijos.

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