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DACA ha cambiado en tres años la vida de cerca de 750.000 «soñadores»

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Tucson (AZ) – Cerca de 750.000 «soñadores» han salido de las «sombras» desde que hace hoy tres años el presidente Barack Obama anunció la creación del programa Acción Diferida (DACA), que ha cambiado las vidas de estos jóvenes indocumentados y sus comunidades.

La Acción Diferida para los Llegados en la Infancia se convirtió en el verano de 2012 en una luz de esperanza para miles de «soñadores» que han vivido prácticamente toda su vida en este país y veían su futuro truncado ante las inmensas dificultades que enfrentaban para iniciar sus estudios universitarios, lograr una licencia de conducir o conseguir un mejor empleo y salario.

A pesar de la decisión de un juez de suspender temporalmente su ampliación, el programa original sigue vigente y los jóvenes indocumentados que demuestren que llegaron al país antes de tener 16 años y cumplen con una serie de requisitos, como no tener antecedentes penales, pueden beneficiarse del programa.

Un estudio de la universidad de Harvard apuntó en 2014 que el 60 % de los beneficiarios de DACA lograron un nuevo trabajo y el 45 % consiguió un mejor salario.

Aunque DACA ha sido un importante paso, no todo es felicidad para los «soñadores», quienes aseguran que la meta sigue siendo una reforma migratoria integral que legalice la situación de los once millones de indocumentados que se calcula viven en el país.

«Es frustrante que tres años después del DACA todavía no tengamos una reforma migratoria, que nuestros hermanos y padres sigan en un limbo», dijo a Efe Erika Andiola, codirectora de la Dream Action Coalition.

La reforma está estancada en el Congreso y el intento de Obama de ampliar DACA y crear la Acción Diferida para Responsabilidad de los Padres (DAPA), que busca amparar a cinco millones de padres de ciudadanos estadounidenses o con residencia legal, está suspendida por orden judicial tras una demanda de 26 estados encabezados por Texas.

A pesar de estos reveses, la activista resaltó que durante estos tres años no se han quedado de «manos cruzadas» y han obtenido importantes victorias dentro de sus comunidades, especialmente las licencias de conducir para los «soñadores» en todo el país o matrículas universitarias como residentes en algunos estados.

De costa a costa, a través de todo el país, hay historias de éxito de «soñadores», pero uno de los grupos que más se benefició con DACA fue el de los jóvenes indocumentados que viven en Arizona, estado conocido a nivel nacional por sus duras leyes en contra de la inmigración ilegal.

«Este programa nos benefició muchísimo, abriendo oportunidades de trabajo, de superación y, sobre todo, nos dio un respiro sabiendo que nos daba una protección para no ser deportados y poder quedarnos con nuestras familias», dijo Andiola, que fue amparada bajo DACA.

Cuando se anunció esta medida ejecutiva, Arizona implementaba la controvertida ley SB1070, la primera regulación a nivel estatal que criminalizaba la presencia de los indocumentados, y el programa federal E-verify, que obliga a todos los negocios comprobar el estatus migratorio de sus nuevos empleados.

Además, mientras el resto del país celebraba el anuncio de la creación de DACA por parte de Obama, en Arizona los «soñadores» recibieron un duro golpe cuando la entonces gobernadora, Jan Brewer, firmó una orden ejecutiva que les negaba el derecho de obtener licencias de conducir.

«Esta orden ejecutiva fue un verdadero balde de agua fría, pero no nos dimos por vencidos», recordó Andiola.

Los soñadores hicieron lo que nunca antes se podía haber imaginado: un grupo de jóvenes indocumentados presentaron una demanda en contra del estado de Arizona pidiendo que sus derechos les fueran reconocidos, y en diciembre pasado un juez federal les otorgó el derecho de tener licencias.

Otra joven que también vio cómo cambiaba su vida fue Belén Sisa, una joven inmigrante originaria de Argentina que llegó a EE.UU. cuando tenía 6 años.

«En el 2010, cuando cumplí 16 años de edad, mi madre y yo vimos por televisión a la gobernadora firmar la ley SB1070. Recuerdo las lágrimas en sus ojos, ella tenía miedo, todos teníamos miedo de que en cualquier momento pudieras ser deportado», dijo Sisa a Efe.

Pero ahora los «soñadores» tienen la mira puesta en las elecciones presidenciales de 2016, ya que saben que el futuro de DACA y, por consecuencia el suyo propio, estará en manos del que se convierta en el próximo presidente.

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