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Cruz Roja reafirma compromiso con Colombia y dice que Nobel es «buena señal»

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Sao Paulo- El Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) reafirmó hoy su compromiso humanitario en Colombia pese al rechazo al acuerdo de paz entre Gobierno y FARC en el plebiscito, y señaló que el Premio Nobel de Paz concedido al presidente Juan Manuel Santos es «una buena señal» de la comunidad internacional.

«Hay que subrayar un elemento muy importante: las partes en esta negociación tenían conciencia de la importancia de los asuntos humanitarios del acuerdo desde hace mucho tiempo», afirmó este viernes Christoph Harnisch, el jefe de la delegación del CICR en Colombia, en entrevista concedida a Efe en Brasil.

Especialista en relaciones internacionales, Harnisch destacó que en la negociación hay «tres elementos muy importantes en la dimensión humanitaria, que son los acuerdos parciales para el ‘desminado’ (erradicación de minas antipersonales), los menores (del conflicto) y los desaparecidos», con los que el CICR está comprometido.

«Ellos (los negociadores) quieren implementar lo acordado en los tres temas humanitarios y lo que hace falta ahora es planear acciones concretas. Una negociación de paz es una negociación política, pero la dimensión humanitaria es muy importante para el país y las víctimas están en el centro de negociaciones», añadió.

El acuerdo firmado el pasado 26 de septiembre en la caribeña ciudad de Cartagena entre Santos, y el número uno de las FARC, Rodrigo Londoño, alias ‘Timochenko’, fue sometido a un plebiscito popular de ratificación, en el que venció la campaña por el ‘No’, liderada por el expresidente Álvaro Uribe.

A pesar del tropiezo en la consulta popular, Harnisch negó vehementemente que el CICR vaya a salir de Colombia, «como muchos han hablado» y, al contrario, empeñó su palabra en la participación del organismo en las actividades de implementación de acciones para cumplir con lo acordado en el área humanitaria.

«La prueba de buena voluntad de las partes es el comunicado conjunto de hoy, que demuestra la complejidad de todo esto, pero también que las partes quieren cumplir con los compromisos de dimensión humanitaria, en la que nosotros tenemos los recursos y tenemos la voluntad para implementar eso», expresó.

El titular del CICR en Colombia opinó también sobre el fallo del Comité Nobel Noruego de conceder el Premio de la Paz de este año a Santos.

«Más allá de un premio a una persona esto es una señal para las víctimas que hay un apoyo de la comunidad internacional. Y no es que el Comité del Nobel represente a toda la comunidad internacional, pero es una dimensión internacional para que todos recuerden que hay necesidad de implementar cosas», expresó.

El Nobel a Santos «es un reconocimiento que la comunidad internacional tiene interés en este proceso para acabar un conflicto de 52 años, el conflicto más importante en el hemisferio occidental, y esto es una señal para todo el país y debemos entenderlo en este sentido, más que en el sentido de un premio a una persona», dijo.

Harnisch se refirió también a otros frentes de actuación del CICR en el país andino y que pueden pasar desapercibidos por la concentración de todos en el proceso de paz con las FARC.

Entre esos aspectos, el diplomático suizo citó la mediación en el conflicto con el también grupo guerrillero ELN (Ejército de Liberación Nacional), la lucha contra la «contaminación» de armas en todo el país, proyectos para superar problemas con suministro de agua en algunas ciudades, la atención al drama de los desplazados y, en particular, la lucha contra el hacinamiento en las cárceles.

En una rápida visita a Brasil, Harnisch se reunió en Brasilia con autoridades locales y con un grupo de embajadores de países donadores y de otras naciones vecinas que apoyan las iniciativas del CICR en Colombia.

En ese sentido, el jefe de la delegación del CICR en Colombia destacó que Brasil, como país vecino, ya formó «parte del conflicto» y colaboró con las operaciones de apoyo de su Ejército en la libertad de secuestrados y esa cooperación puede darse incluso más allá del respaldo financiero.

En el proceso de «descontaminación de armas» en Colombia, que puede durar «unos diez años», Harnisch consideró que Brasil puede tener la «capacidad» para ayudar a su vecino con cierto tipo de actividades por su experiencia con algunos programas de desarme.

«Con el acuerdo no se acaba la decisión de la ayuda humanitaria y el CICR va a continuar haciéndola, pero los más olvidados en la sociedad colombiana son los prisioneros en las cárceles, que viven una crisis humanitaria, y estamos en discusión con las autoridades competentes, porque necesitamos de su contribución», concluyó.

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