Los cubanos fueron rescatados por miembros de la tripulación del crucero, puestos a salvo y transferidos a la Guardia Costera que patrullaba esa zona.
«Estos 41 inmigrantes han tenido mucha suerte de estar vivos», destacó Todd Lutes, capitán del distrito siete de la Guardia Costera, quien añadió: «Salir al mar en una embarcación insegura sin equipo salvavidas apropiado puede ser una decisión suicida».
De no haber sido por la presencia del «Ecstasy», el viaje de estos inmigrantes «podía haber terminado en tragedia», apuntó Lutes.
Los inmigrantes probablemente serán repatriados a su país de origen.
Bajo la política actual de pies mojados/pies secos, los inmigrantes cubanos indocumentados que llegan al territorio estadounidense pueden quedarse, pero los que son interceptados en alta mar generalmente son devueltos a la isla.