*Las protestas de los empleados públicos y otros sectores en la capital hondureña han proliferado como bola de nieve.
* Las arcas del Ejecutivo atraviesan por una de sus peores crisis y esa situación ha tocado a proveedores y empleados, para quienes no hay dinero.
*Ni promocionando ofertas, las ventas han repuntado las ventas en los mercados y centros comerciales.
El impago del gobierno a empleados y proveedores ha venido creciendo. Mientras el gasto corriente y los sobregiros presupuestarios en entes estatales no paran, la falta de un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) también ha significado que otros organismos multilaterales mermen su apoyo presupuestario a la administración Lobo que se ha visto con la soga al cuello.
En ese sentido, las arcas del Ejecutivo atraviesan por una de sus peores crisis y esa situación ha tocado a proveedores y empleados, para quienes no hay dinero con que cumplir los compromisos.
El viceministro de Finanzas, Carlos Borjas, estimó que el gobierno cerrará este año con un déficit fiscal de 4.5% del PIB. “El 4.5 del PIB son unos 12 mil millones de lempiras”.
Analistas son de la opinión que el manejo inapropiado de las finanzas públicas causa ruido porque aprieta directamente a la población, pese a que la situación podría distraerse en noticias, con ribetes de escándalo, tales como que el Congreso y el Ejecutivo culpan a la Corte Suprema de Justicia (CSJ) de los males que aquejan el país en temas financieros y de seguridad, entre otros.
Así los jueves de supremo tribunal son señalados por haber declarado inconstitucional la retroactividad del cobro del 1% sobre los ingresos brutos que se pretendía aplicar a las empresas que han declarado pérdidas en los últimos años.
Igualmente la sentencia en contra del establecimiento de las ciudades a la carta o “Charter City”, es vista como un acto de mentes cerradas.
Sumado a la destitución de cuatro magistrados de la sala de lo Constitucional por un fallo emitido en torno a las pruebas de confianza que se aplican a lo interno de la Policía. Alegan que la inseguridad, básicamente, obedece a la sentencia de la referida sala.
Avalancha de protestas
Aún este fin de semana, la capital hondureña se ha convertido en escenario de constantes protestas de empleados públicos que bola de nieve han salido a las calles a reclamar el pago de los salarios correspondientes a noviembre y diciembre, así como la cancelación de su décimo tercer salario o aguinaldo.
Pero no sólo los empleados públicos han escenificado las protestas por falta de pago, sino que el sector de los discapacitados también se ha unido a las manifestaciones contra el gobierno exigiendo la cancelación de seis de los 23 millones de lempiras que les adeudan como ayuda que les entregan anualmente.
El descontento de los empleados públicos, por el incumplimiento del gobierno en el pago de sueldos y aguinaldos, aumenta la presión social ante una inocultable crisis financiera que abate a la administración Lobo.
En la ola de protestas figuran desde empleados de hospitales siquiátricos, Instituto Nacional Agrario, ex trabajadores del Instituto Hondureño de la Niñez y la Familia (Ihnfa), maestros, médicos en servicio social y organizaciones de discapacitados hasta los propios 298 alcaldes que reclaman las transferencias constitucionales a las municipalidades.
El presidente del Sindicato de Empleados de los Hospitales Siquiátricos (Siemhons), Mario Rojas, manifestó que no saben por qué no les han cancelado el dinero que les adeudan si ya estaba presupuestado.
“Es una irresponsabilidad de ambas secretarías, por qué hasta estas alturas se vino a hacer una modificación, esto se tuvo que haber hecho hace tiempo, es una modificación (presupuestaria) porque no ajustaba para pagar los salarios de noviembre y diciembre y hasta ahora lo están haciendo”, lamentó.
Por su parte, el presidente de la Cámara Hondureña de la Industria de la Construcción (Chico), Alejandro Álvarez, reclamó que “entre el Fondo Vial y la secretaría de Obras Públicas, Transporte y Vivienda nos adeudan por recursos nacionales y externos más o menos unos 300 millones de lempiras”.
Los centros hospitalarios del país tampoco se escapan de la crisis y adolecen de falta de medicamentos, material médico quirúrgico y fondos para honrar deudas con proveedores y pagar a los empleados.
Crisis se refleja en las ventas
La crisis que viven los empleados públicos, proveedores y otros sectores debido a la iliquidez que atraviesa el gobierno, se refleja en los comercios y mercados del país que aunque luzcan atestados, las ventas han bajado sustancialmente en comparación con otros años.
Empleados de tiendas y almacenes consultados por Proceso Digital, coincidieron que pese a las ofertas, las ventas han descendido considerablemente.
Lucrecia García, empleada de una tienda de zapatos importados, indicó que aunque por comprar un par de calzado, se ofrece llevar otro a mitad de precio, las ventas no repuntan y aunque muchas personas llegan al establecimiento solamente se miden los zapatos y luego se marchan.
Por su parte, Emilia Rodríguez, una consumidora, abordada en un centro comercial de la ciudad, indicó que “mire aquí anda un montón de gente, pero sólo andan viendo, lo que si andan son bastantes ladrones, hay que tener cuidado, esta navidad está triste”.
La crisis también afecta a personas que viajan a Panamá y Estados Unidos a comprar artículos para revender en esta temporada. Así lo confirmó Suyapa Pineda, una mujer que vista oficinas públicas para vender sus productos a los burócratas, quien reveló que invirtió una buena cantidad de dinero en adquirir lociones, artículos de plata y otros productos, pero no ha podido colocarlos.
“Mire, invertí en lociones, plata y cosas para el hogar, pero me ha ido mal, nunca este año es igual a otros”, lamentó.
Esa situación revela que el gobierno del presidente Lobo se está hundiendo en una crisis económica sin precedentes. “Esta la verdad y hay que decírsela”, sentenció el presidente de la comisión de presupuesto del Congreso Nacional, Francisco Rivera.
