San José – El Congreso de Costa Rica aprobó este jueves el presupuesto estatal presentado por el Gobierno para el año 2020 por un monto de unos 18.400 millones de dólares, el cual es un 4,3 % menor al del año 2019.
Los diputados aprobaron el presupuesto en el segundo y definitivo debate con 40 votos a favor y dos en contra, con la presencia de 42 delos 57 diputados que integran el Legislativo.
El presupuesto se ratificó con pocos cambios al texto original presentado por el Gobierno.
El presupuesto es de 10,5 billones de colones (unos 18.421 millones de dólares), de los cuales el 52 % se financiará con ingresos propios y un 48 % con deuda, según los datos del Ministerio de Hacienda.
El 38,2 % del dinero de 2020 se utilizará para pagar deuda, el 32,8 % para transferencias corrientes, el 25,4 % para remuneraciones y el resto en otros gastos.
El gasto corriente aumentará el 3,9 %, que es el crecimiento más bajo en la última década.
Debido a una reforma tributaria que entró en vigencia este año y que incluye una regla fiscal y recortes al gasto, para 2020 las remuneraciones solo crecerán el 1,1 % y los pluses salariales el 0,9 %, muy diferente a los años anteriores cuando se incrementaban por arriba del 4 %, de acuerdo con las cifras oficiales.
La mayor inversión para 2020 será para el sector educación con un 25,4 % del presupuesto, a los programas sociales y pensiones les corresponde el 15 %, a la seguridad el 8,8 %, al sector de transportes e infraestructura 3,8%, al de salud 3,2 %, entre otros.
Este presupuesto fue criticado la semana pasada por el Instituto Centroamericano de Estudios Fiscales (Icefi) que alertó sobre reducciones en inversión social para el 2020 e instó a las autoridades a atacar con fuerza la evasión y a buscar un «acuerdo fiscal integral».
Según el Icefi, la asignación del Ministerio de Educación Pública pasó del 7,3 % del PIB en 2019 a 6,9 % del PIB para 2020, mientras que en el sector salud hay también una reducción, pues pasa del 0,93 % del PIB en 2019 a 0,89 % del PIB para 2020.
Según el Gobierno, la reducción «histórica» del presupuesto para 2020 es una muestra de su vocación por estabilizar las finanzas públicas en conjunto con la reforma fiscal, y ha negado que se vayan a afectar programas sociales y educativos.
La reforma tributaria tiene como objetivo paliar el déficit fiscal, que en 2018 fue de 6 %, y aminorar la deuda, que alcanzó el 53,7 % del PIB en 2018.
Según el Banco Central la reforma tributaria reducirá el déficit en 3,7 puntos del PIB al año 2022, y su impacto sería mayor en los años siguientes, mientras que la deuda alcanzaría su punto máximo hacia el año 2023 en alrededor del 65 % del PIB para comenzar a decrecer a partir del 2024.
