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Conferencia Episcopal Hondureña reitera su posición en contra del aborto

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Tegucigalpa – La Conferencia Episcopal Hondureña reiteró este miércoles, a través de un comunicado, su posición en contra del aborto ya que hay grupos interesados que quieren aprovechar la discusión del nuevo Código Penal en el Congreso Nacional, para lanzar una campaña para despenalizar el aborto.

– Denuncia las falsas afirmaciones acerca de una supuesta comisión que el papa Francisco habría nombrado para analizar los casos en que se podría abortar.

En el documento, los obispos encabezados por el cardenal Óscar Andrés Rodríguez, señalan que la discusión que se ha generado en la discusión del nuevo Código Penal en el país, los movimientos y grupos pro–aborto existentes en Honduras, han visto una coyuntura para lanzar de nuevo una campaña que busca despenalizar el aborto, que es un crimen atroz.

“En vista de lo anterior, nosotros, obispos de las diferentes diócesis de la Iglesia que peregrina en Honduras, en nuestra responsabilidad pastoral, hacemos sentir una vez más nuestra voz, junto a nuestros sacerdotes, religiosos y religiosas y fieles cristianos, para reiterar la firmeza de la fe que profesamos y que en ella nos fortalecemos, así como exponer la verdad científica que contribuye a sustentar la defensa de la vida y de la dignidad de la persona humana”, se arguye en el comunicado.

Agrega que el interés y la pretensión de los grupos abortistas, por conseguir lo que buscan, los han llevado, incluso, a querer engañar a la opinión pública con presuntas “aperturas” por parte de la Iglesia Católica, para discutir la posibilidad de aceptar la práctica de este crimen abominable, en algunos casos o circunstancias precisas.

Asimismo, la Conferencia Episcopal, denuncia las falsas afirmaciones acerca de una supuesta comisión que el papa Francisco habría nombrado para analizar los casos en que se podría abortar, comprometiendo con ello la postura firme del Santo Padre y de la Iglesia Católica, en favor de la vida, ante todo, la vida del no nacido.

Tales afirmaciones, por lo tanto, no sólo son falsas, sino perversas y malintencionadas, afirma.

Expone que en la actualidad, las estadísticas revelan que miles de bebés mueren cada día en el propio vientre materno. A través del aborto, los médicos cortan la vida de aquellos embriones que todavía no tienen nombre pero sí un corazón que late.

“La vida humana encierra un valor inconmensurable, desde su comienzo hasta su natural término, sin importar las condiciones o limitaciones concretas en que se encuentren las personas. Esta apreciación ha sido sostenida desde siempre y proclamada por los grandes de la antigüedad, desde Séneca hasta el mismo Aristóteles. La vida es realmente un misterio, un misterio espléndido, fenomenal, magnífico”, argumentan los obispos hondureños.

Refiere que ante todo, es preciso exponer con determinación que la discusión acerca de la vida y de la muerte, hablando específicamente del aborto o la manipulación genética con supuestos “fines terapéuticos”, no es un problema o un tema de orden religioso.

Es cuestión de dignidad y de respeto hacia el bien más preciado, que es la vida humana, ya que está en juego el futuro de la familia humana y el futuro mismo de nuestro pueblo. Así lo ha declarado el papa Francisco: “La vida humana debe ser defendida siempre, desde el vientre materno, reconociendo en ella un don de Dios y una garantía del futuro de la humanidad”, acota el comunicado.

Entre otras razones, expone que el ser recién concebido posee un código genético diferente al de la madre y tiene, además, su propio flujo sanguíneo. Es un ser único, individual, irrepetible e insustituible, que está en un proceso de desarrollo progresivo y continuo.

Por esta razón, es inaceptable el argumento que suele repetirse irreflexiva e irresponsablemente: es mi cuerpo, y yo decido sobre él. Ésta es una verdad parcial y confusa, ya que el ser que está en el vientre de la madre ya no es “su cuerpo”, sino “otro cuerpo”, “otro ser”. La ciencia nos muestra un nuevo ser dentro de la matriz de la madre, unido a ella, pero un ser diferente, arguyen los obispos.

Indica que el papa Francisco advierte del peligro de la “cultura del descarte”, que relativiza el valor de la vida humana, e invita a los padres de familia a transmitir a sus hijos la conciencia de que la vida siempre debe ser defendida, desde el vientre materno.

Señala que la Iglesia Católica, fiel a Jesucristo y fiel a su doctrina milenaria, siempre ha proclamado que la vida humana es sagrada desde el momento de la concepción.

Argumenta que cuando una mujer experimenta la pesadilla de una violación, el dolor y el sufrimiento que vive son desgarradores, y junto a ella sufre igualmente la familia. En ese sentido, ruegan a Dios por esas mujeres, en la esperanza de que nunca más haya una mujer que tenga que vivir semejante monstruosidad y, a la vez, piden que se endurezcan más las leyes, y su justa aplicación, para castigar a los responsables de estos crímenes.

“En nuestra Honduras, afortunadamente, no existe la pena de muerte. Es decir, tomando el mismo ejemplo, cuando cae un violador en manos de la justicia jamás se le aplicará la pena de muerte; a él que es culpable. Entonces, ¿por qué querer aplicarla contra una criatura inocente? Sería como buscar “remediar” un crimen cometiendo otro peor y mucho más grave. Nos enseña el refrán popular que “un mal no se soluciona con otro mal”, reflexionan los religiosos en su comunicado.

Piden resistir a la tentación de tomar la decisión más fácil y desesperada. “Ayudemos a aquellas mujeres que sobrellevan el peso de un embarazo no deseado, para que sean valientes y generosas cuidando la vida de sus hijos” y agrega que la adopción es una verdadera experiencia de amor: se dice que la sangre sólo hace parientes, pero el amor hace familia.

Apuntan que la vida humana, por encima de cualquier circunstancia, posee un valor inalienable. No importa si es fruto de una violación o si ha sido diagnosticado con malformaciones congénitas: es siempre una vida humana, con toda su grandeza, dignidad y misterio que lleva dentro de sí.

Señala que la propuesta de despenalización del aborto, más allá de los argumentos o la realidad que invita a considerar, por su propia naturaleza y su propio fin va en contra del recto orden de la razón, del propio dictamen de la conciencia y de todo ordenamiento constitucional, jurídico o penal.

Por ello, cabe cuestionar acerca del porqué o para qué se busca impedir el nacimiento de una criatura frágil e indefensa. ¿Por qué dejarse llevar por la avalancha de corrientes ideológicas tan ajenas a nosotros y a nuestros valores más profundos como nación? Somos un pueblo que ama la vida y que está fuertemente arraigado en el amor de una familia y de los propios hijos, que son el futuro de este gran país, subraya el comunicado.

“De este modo, estamos llamados –en conciencia– a rechazar y no permitir la aprobación de cualquier iniciativa o propuesta de ley que ponga en riesgo el valor sagrado de la vida, del matrimonio y de la familia, como pueden ser el aborto, la manipulación genética con supuestos fines terapéuticos y la, así llamada, ideología de género”, condenan.

“Deseamos hacer un llamado a todas las familias hondureñas, para que se unan en una sola plegaria a Dios todopoderoso, dueño y Señor de la vida, pidiéndole nos ayude a cuidar y proteger el don de la vida humana”, demandan.

Esperan que el apego a criterios erróneos, y muchas veces infundados, el apego a convicciones nocivas o, simplemente, la filiación (militancia) a un determinado grupo político, nunca lleven a desvalorizar, pisotear o despreciar la vida humana.

Cuestionan que un crimen tan horrendo como es el infanticidio y el aborto jamás podrán justificarse, bajo ninguna razón o circunstancia. “Una falsa o mal entendida compasión no nos puede llevar a convertirnos en cómplices o autores del asesinato de una criatura indefensa. La vida es el primero, el más grande y fundamental derecho que poseemos”, se acota en el comunicado.

Señala que el Estado, por su parte, no puede eximirse del deber de defender absoluta y positivamente la vida de sus ciudadanos en particular y de todos en general. Es una cuestión de bien común, que es el fin esencial del Estado.

Arguyen que el rechazar la propuesta de despenalización del aborto, no se busca enjuiciar ni condenar a nadie; más bien, desean hacer un llamado, una especial exhortación, para que todos se unan poniéndose en favor de la vida, para luchar y defender juntos ese don precioso.

“A través del presente comunicado, queremos exhortar al pueblo hondureño, a los señores diputados del Congreso Nacional, a los señores magistrados y demás autoridades, así como a los sacerdotes, religiosos, a los fieles laicos y a todos los hombres y mujeres de buena voluntad, para que juntos cuidemos y defendamos la vida de los más débiles e indefensos; ante todo, la vida del niño en el vientre de la madre”, reitera el comunicado.

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