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Como castillo de naipes se derrumbó ejército y gobierno afgano ante avance Talibán

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Tegucigalpa /Kabul/Washington/ – Las caóticas imágenes de miles de afganos tratando de subirse a un avión occidental en el aeropuerto de Kabul para poder salir de Afganistán, reflejan el desmoronamiento absoluto de las fuerzas militares, de seguridad  y el gobierno afgano en menos de dos semanas ante el avance de las fuerzas del Talibán, que se hicieron con el poder de dicha nación asiática.

– La entrada del Talibán a Kabul sin oposición se considera ya como la primera derrota militar de la OTAN.

– Ahora las alarmas se encendieron en China y Rusia,porque temen que se desestabilicen sus regiones de mayoría musulmana.

La caída de Kabul en menos de dos semanas de avance Talibán sorprendió a los más escépticos líderes políticos y militares de Occidente, especialmente en el Pentágono que daban 90 días de vida al gobierno afgano en su lucha contra los insurgentes islámicos.

Talibanes viajan en un vehículo por las calles de Kabul, luego de apoderarse de la capital de Afganistán.

Pero todo se derrumbó como un castillo de naipes en pocas semanas en Afganistán, luego que Estados Unidos anunciará su salida del país y el adelanto de su retirada militar a agosto, en lugar de septiembre como había decidido el exmandatario Donald Trump.

Todo huele a una derrota moral en Occidente y el triunfo Talibán se considera ya como la primera guerra pérdida por la alianza militar de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), que acuerpo a Estados Unidos en su ocupación a Afganistán  a principios de siglo para desalojar a Al Qaeda y sus campamentos de Afganistán.

Lo anterior dio al traste a los 20 años de trabajo de las fuerzas occidentales, lideradas por Estados Unidos, en la ocupación del país justamente para desalojar del poder a los talibanes que ocupaban el país el 2001, cuando células terroristas atacaron con aviones civiles Nueva York y derribaran las emblemáticas Torres Gemelas, así como Washington.

Justamente el ataque terrorista a Estados Unidos el 11 de septiembre del 2001 dio lugar a la ocupación afgano y al derrocamiento de los talibanes.

Las potencias del mundo han procedido a retirar sus diplomáticos y personal de embajadas en Afganistán.

Estados Unidos fue acompañado por sus socios europeos y Canadá de la OTAN, que despacharon tropas para ocupar el país y dotarlo de un nuevo gobierno.

Pero desde el domingo, los ejércitos de Estados Unidos, Canadá y sus socios europeos despliegan sus efectivos para retirar a su personal diplomático y militar de Afganistán, dejando a cientos de miles de colaboradores y trabajadores locales en dicha nación.

Justamente dichos colaboradores y trabajadores locales que sirvieron a Occidente son los que marcharon al aeropuerto de Kabul para salir del país, ya que estiman que serán las primeras víctimas que habrá una vez que los Talibanes se asienten en Kabul y el resto de las capitales provinciales.

Inicialmente Estados Unidos pensó en trasladar fuera de Afganistán, a países vecinos, más de 20 mil trabajadores y sus familias para ponerlas a salvo del TYalibán, mientras preparaban su solicitud de asilo, pero la caída de las fuerzas militares y del gobierno afgano echó al traste dichos planes.

Miles de afganos llegaron al aeropuerto de Kabul para intentar subirse a un avión del occidente.

Ahora Washington y los demás países europeos sólo tienen pensamiento y recursos para poner a salvo a su personal diplomático y militar en Afganistán y preparan una operación de evacuación de sus personales. Los colaboradores locales pasaron a segundo plano.

Que pasó, la pregunta de Occidente

Los generales, expertos en defensa y políticos se preguntan en las capitales occidentales que pasó con el derrumbe como castillo de naipes del ejército afgano y el gobierno.

Las fuerzas militares afganas constaban de 300 mil efectivos y habían sido adiestrados y armados en los últimos 20 años por Estados Unidos y sus socios europeos. Washington les había asegurado el pago de la nómina de los soldados por tres años, tras su retiro, así como dotarlos de equipo militar y apoyo con ataques aéreos contra los talibanes si lo requerían.

Pero tras unos primeros días de combate, el ejército afgano se desplomó, sus oficiales huían antes que comenzarán el combate y los soldados le seguían y buscaban el exilio en los países vecinos.

E ejército afgano ha sido cuestionado tras caer rápidamente ante la fuerza de los talibanes.

Las últimas victorias de los talibanes en realidad fueron una excursión militar, ya que no encontraban resistencia y lo mismo sucedió con la capital Kabul, donde el mismo presidente Ashraf Ghani huyó antes de la llegada de los mujaidines, como son conocidos los combatientes talibanes.

Previamente Ghani llenó las maletas, no de ropa sino de dinero e incluso tuvo que dejar parte de la riqueza porque no tenía ya espacio para llevar más fondos, de acuerdo a la embajada rusa en Kabul.

Y justamente ahí radica parte de las críticas a Occidente de parte de varias figuras. Crearon un ejército y un gobierno a base de chequera y a la hora de los combates, los oficiales y la tropa no se sintieron comprometidos con la institución militar, el gobierno, ni su propio país.

Washington al parecer nunca comprendió que las lealtades en Afganistán están vinculadas a las tribus y la religión de donde proceden las personas y no al país en global.

El presidente de EEUU, Joe BiIden, defendió este lunes la retirada de las tropas de Afganistán y culpó al ejército y gobierno afgano de no tener voluntad para luchar.

Aunque la mayoría de la población es de etnia Pastún, también hay afganos de procedencia uzbeka, tayika y otros grupos étnicos cuya devoción es a su tribu y comunidad.

Justamente una de las cosas que más extrañan los reputados analistas sobre Afganistán fue también la ausencia de combates de las milicias tribales, donde los señores de la guerra o jefes tribales no dieron la orden de combatir al Talibán.

El gobierno de Ghani y algunos en el Pentágono se acercaron a los señores de la guerra para forjar una alianza antiTaliban, pero esta vez los jefes tribales no creyeron en Washington, ya que sabían que habían negociado con  los talibanes y los dejaron solos.

El señor de la guerra afgano de etnia uzbeka Abdul Rashid Dostum y su socio de la etnia tayika Ahmed Shah Massoud habían combatido con las fuerzas especiales de Estados Unidos contra los talibanes y habían formado la Alianza del Norte, pero en está ocasión se llamaron a la neutralidad.

Rusia y China en alerta

Pero como Afganistán, llamado por los expertos internacionales como el “cementerio de los imperios”, nunca queda fuera de los focos de las potencias internacionales, ahora encendió las alarmas de Rusia y China por el triunfo de los talibanes.

Los talibanes, comúnmente es aceptado que fueron creados por el servicio secreto militar de Pakistán (ISI, por sus siglas en inglés) de las Madrasas o escuelas coránicas, son los sucesores de los mujaidines que derrotaron a la entonces Unión Soviética en la década de los 80 y 90 del siglo pasado, aplican la estricta observancia del Islam.

China está preocupada que la etnia Uigur de fe musulmana y Rusia tiene suficientes repúblicas con mayoría musulmana en el Cáucaso, lo que desató las preocupaciones de Pekín y Moscú.

Igualmente están preocupados por la estabilidad de las naciones  del Asia como Uzbekistán, Tayikistán, Turkmenistán y otras de la zona y que confirman la Organización de Seguridad de Asia, comandada por China y Rusia.

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