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Carpintero que elabora cruces para víctimas de tiroteos en EEUU suma aliados

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Chicago (EEUU).– El hijo de inmigrantes Greg Zanis necesitaba ayuda para continuar con su cruzada de honrar con cruces blancas de madera a las víctimas de tiroteos en Estados Unidos y la ha conseguido con la Iglesia Luterana, que se unirá a su iniciativa Crosses for Losses.

«Mi país vive una guerra y necesito ayuda», declaró a Efe Zanis, tras confirmar que enseñará a otros cómo hacer los memoriales y poder mantener un esfuerzo al que ha dedicado más de 20 años, durante los que repartió unas 27.000 cruces.

Este carpintero de Illinois ha recorrido por su cuenta más de 550.000 millas (885.000 kilómetros) en el país, siempre al volante de una camioneta donde carga las cruces hasta los lugares donde lo llaman.

A los 69 años, el cansancio lo abruma y por momentos sopesa retirarse, pero dice que no está dispuesto a dejar de lado una cruzada que comenzó a gestar en 1996, cuando encontró a su suegro asesinado en la ciudad de Aurora (Illinois).

«Esto no es mi retiro, seguiré más activo que nunca, pero ahora contaré con la ayuda de Caridades Luteranas de Northbrook (Illinois)», señaló.

«Esto se ha vuelto imposible. Amo lo que hago, pero el precio emocional ha sido demasiado alto para seguir encarándolo solo», agregó Zanis, quien insiste en que aunque a veces siente que carga un peso «que me dobla la espalda» de ninguna manera piensa en abandonar todo.

En sus planes figura visitar el próximo año 135 iglesias luteranas en 26 estados, para enseñar a voluntarios a elaborar las cruces y luego repartirlas.

Tim Hetzner, presidente y director ejecutivo de Caridades Luteranas, declaró a la cadena CNN que todavía falta resolver algunos detalles de la colaboración con Zanis, pero adelantó que «será un honor continuar con su obra».

Según informó, actualmente su iglesia entrena perros que son utilizados para proveer confort a las víctimas de tragedias y hechos violentos.

Hijo de padre griego y madre española, Zanis fundó Crosses for Losses en Chicago 1997, con la misión de ofrecer gratuitamente las cruces a las familias de las víctimas, así como de levantar memoriales en los lugares donde ocurren tiroteos, accidentes o desastres.

Sus cruces van en concordancia con la religión de las víctimas, sean cristianas, judías o musulmanas, y contienen cintas alusivas en el caso de budistas o ateos.

El primer proyecto que le dio notoriedad a nivel nacional fue en 1999, al instalar cruces en la escuela secundaria de Columbine (Colorado), donde 12 estudiantes y un profesor fueron asesinados en un tiroteo.

En los planes de Zanis figura además abrir más capítulos de Crosses for Losses en el país, hasta cubrir los 50 estados.

«Esto no se acaba nunca, no hay descanso», dijo este carpintero retirado que ha desplegado sus cruces blancas no solamente en Estados Unidos, sino además en México y Canadá.

La organización sin ánimo de lucro Gun Violence Archive (GVA, en inglés) dio a conocer esta semana que más de 38.000 personas han muerto en Estados Unidos por el uso de armas de fuego durante el año 2019.

El grupo, que documenta los incidentes con armas de fuego en todo el país, define como «tiroteo colectivo» los sucesos en los que al menos cuatro personas resultaron heridas y como «matanza» en los que hubo al menos cuatro muertos: De acuerdo a sus estadísticas, en 2019 se produjeron 409 tiroteos colectivos y 30 matanzas en EE.UU.

Zanis se considera un hombre religioso y en su opinión la violencia que se vive en Estados Unidos se debe a que el país se ha olvidado de Dios, en especial desde que el Tribunal Supremo decidió en 1962 abolir las oraciones religiosas en las escuelas.

«¿Por qué esperamos la ayuda de Dios», se preguntó en una entrevista con Efe, convencido de que ninguno de los autores de las matanzas que ocurren en el país «puede ser una persona que profese algún tipo de fe».

Al contar con ayuda, y posiblemente con tiempo libre por primera vez en muchísimos años, Zanis planea limpiar su garaje y hacer espacio para guardar y reparar una limusina Cadillac Imperial de 1927, que perteneció a un gángster de Chicago, a la que nunca pudo dedicarle la atención merecida.

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