A la celebración acudieron los presidentes de los tres Poderes del Estado, funcionarios públicos, el Alcalde de la Capital Ricardo Álvarez y cuerpo diplomático residente en el país.
“Aquí el nombre de la virgen María de Suyapa tiene sabor de misericordia por parte de María, y de reconocimiento de sus favores por parte del pueblo hondureño”, sostuvo.
En su homilía, el Cardenal exaltó los valores que durante las celebraciones de los últimos días han formado parte de las plegarias a Dios a favor de Honduras.
“La paz, la reconciliación y el perdón, estos valores que hoy queremos poner a los pies de la madre del cielo para que ella toque todos nuestros corazones y no seamos simple oyentes de la palabra, sino para que la pongamos en práctica”, señaló el máximo jerarca de la iglesia Católica.
Agregó que Santa María de Suyapa “es una imagen pequeñita, diminuta, pero una madre llena de amor por este pueblo, el mal puede parecer muy grande, pero es menos en comparación del bien, el mal parece que triunfase en nuestro país, pero no es cierto porque es mas la gente buena que aquellos que tentados por la serpiente quieren seguir el camino del mal”.
Prosiguió diciendo que “tenemos que vencer el mal, no devolviendo mal por mal, sino devolviendo bien por mal”.
“Santa María de Suyapa nos pide en esta fiesta que cada hondureño y cada hondureña a convertirnos en artífices del bien para vencer el mal a fuerza del bien”, reiteró.
El cardenal pidió al presidente Porfirio Lobo y a los funcionarios presentes a «llevar como nuevo nombre bendición, para ser artífices de obras y bendiciones para el pueblo hondureño”.
