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Cárceles de Honduras siguen siendo infiernos de injustica, según Juan Almendares Bonilla

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Tegucigalpa – El presidente del Mecanismo Contra La Tortura, Tratos Crueles Inhumanos o Degradantes y ex rector universitario, Juan Almendares Bonilla, aseguró este sábado que las cárceles de Honduras continúan siendo infiernos de injusticia ya que son manejadas por policías y militares y no por civiles con capacidad técnica.

Explicó que el enfoque del problema de las cárceles tiene que ser científico, técnico, humano e interdisciplinario y los reclusorios de acuerdo a la misma ley que aprobó el Congreso Nacional no deben estar en manos de policías y militares sino que deben ser administradas por civiles.

Señaló que sobre el problema hay que tener dos ángulos del asunto, el aspecto preventivo y el rehabilitador, donde en el primero el Estado tiene que desarrollar sistemas que mejoren las condiciones y calidad de vida a través de la creación de empleo.

Apuntó que las cárceles le cuestan mucho dinero al pueblo hondureño, pero siguen siendo infiernos de injusticia por lo que si se quieren descongestionar los presidios de Honduras, el Estado tiene que dedicarse a mejorar enteramente la calidad de vida de la población.

En cuanto al aspecto rehabilitador, Almendares Bonilla aseveró que las cárceles no están rehabilitando porque siguen manejadas por policías y militares y no por personas que tengan la capacidad técnica para administrar los centros de reclusión.

Cuestionó que no hay un seguimiento a la Ley del Instituto Penitenciario que establece que las cárceles deben ser manejadas por civiles”.

Señaló que dentro de las cárceles hay personas con enfermedades terminales quienes ya no deberían estar recluidos; hay personas que no han sido juzgadas y la cárcel de máxima seguridad, son centros de tortura, con un aislamiento deshumanizado y cuyo cuidado debe estar ligado a la transparencia y a la honestidad de las autoridades.

“No es construyendo más cárceles, no es gastando cifras multimillonarias, construyendo verdaderos monstruos de cemento y hierro para mantener las personas encerradas y la cárcel se convierte como el elemento aparentemente para resolver la gran crisis del país y no eso no va a dar ningún resultado”, argumentó.

Afirmó que de cada 10 personas que se capturan en el país, siete son golpeadas, torturadas y víctimas de tratos crueles, inhumanos y degradantes antes de entrar a las cárceles, una filosofía que a su criterio no es correcta.

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