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Bufandas hermanadas y camisetas de Bartra para un partido bajo alarma

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Dortmund (Alemania)- Bufandas hermanadas del Borussia Dortmund y el Mónaco y camisetas con el nombre de Marc Bartra, el jugador español herido ayer al estallar tres artefactos al paso del autobús de su club alemán, marcaron hoy el partido entre esos dos equipos, aplazado ayer por la alarma terrorista.

«El ataque a Bartra es un ataque a todos nosotros. Los que amamos el fútbol y los que lo aborrecen», afirmaba a Efe, en un acceso del estadio del Dortmund, Wolfgang Schröder, un joven con aspecto «hipster» y con la bufanda mitad amarillo-negra, mitad rojiblanca, los colores de los equipos rivales.

La prenda era sin duda la más vendida de esta jornada atípica en el fútbol, en la que seguidores de uno y otro bando acudían al estadio repitiéndose como un mantra la consigna del «no dejarse intimidar» por el terrorismo.

La Fiscalía federal había confirmado horas antes del partido que se investiga el ataque como un presunto atentado terrorista y, pese a no descartarse otras posibilidades, ésa era también la sospecha más extendida entre la afición.

«Lo crea o no, yo tenía esta camiseta de Bartra como jugador del Barcelona en la maleta», aseguró Hugo Márquez, un francés de origen paraguayo enfundado en una elástica comprada años atrás, cuando el ahora defensa del Dortmund jugaba en el club español.

La buena noticia de la jornada fue la aparición del catalán en las redes sociales, donde colgó una foto sonriente, con el brazo inmovilizado tras ser operado de una fractura de radio, y aseguró que se sentía mucho mejor, además de dar ánimos al equipo.

Su nombre aparecía en la mayoría de las conversaciones un día después del ataque con explosivos contra el autobús del Dortmund, en el que resultó también herido un policía que custodiaba el vehículo.

La presencia policial se redobló tanto en las inmediaciones del estadio como en el resto de la ciudad e incluso en otras zonas de la cuenca del Ruhr, una región eminentemente futbolera, donde además del Dortmund se concentran las aficiones del Schalke y el Mönchengladbach.

A través de las redes sociales, los mensajes de hermandad se extendieron también desde estas aficiones de máxima rivalidad en el país, mientras se sucedían las ofertas de alojamiento gratuito para aficionados del Mónaco ante la noche adicional que se vieron obligados a pasar en Alemania.

«Claro que los acogeremos en casa. Hoy o todo el fin de semana. Hoy no hay rivalidad futbolera ni miedo. Volvemos juntos al estadio a ver el partido cancelado ayer», sostenía, Rüdiger Wallais, horas antes del partido, compartiendo cervezas en un bar de la estación central con un marsellés seguidor del Monaco.

Las muestras de camaradería habían sido ya ayer la respuesta espontánea dentro del estadio en el que miles de personas esperaban el inicio del partido, con la tribuna de la afición visitante coreando «Dortmund, Dortmund», mientras se trataba de seguir, por megafonía o por teléfono móvil, las informaciones sobre lo ocurrido.

A ello siguió una marea de ofertas de alojamiento, tanto de la dirección del club de la Bundesliga como de vecinos de esta modesta ciudad de la cuenca del Ruhr, una muestra de «magnífica solidaridad» que elogió hoy la canciller, Angela Merkel,

Mientras, las autoridades regionales trataban de blindar el encuentro y el Dortmund avisaba a los aficionados de que acudieran con tiempo al estadio ante el endurecimiento de los controles, al tiempo que advertía de que no se permitiría la entrada con mochilas.

«Los autores del ataque han conseguido el máximo impacto con el mínimo esfuerzo», admitió el ministro del Interior del «Land» de Renania del Norte-Westfalia, Ralf Jäger, para quien no hay ninguna vía de investigación descartada.

Éste estado federado del oeste de Alemania es considerado un bastión de la minoría radical musulmana salafista, con unos 10.000 miembros, y está de por sí en estado de alerta ante la celebración de elecciones regionales el próximo 14 de mayo.

Las elecciones serán el último test directo en el electorado antes de las generales de septiembre, en las que Merkel buscará la reelección con el socialdemócrata Martin Schulz como principal rival. 

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