spot_img

Bayreuth entra triunfal en la «nueva normalidad» con batuta femenina de Lyniv

Por:

Compartir esta noticia:

Bayreuth (Alemania) – El Festival Richard Wagner de Bayreuth entró este domingo en la «nueva normalidad» con el estreno triunfal de un «Holandés errante» bajo la batuta de Oksana Lyniv, la primera mujer al frente de su orquesta.

La gran vencedora de la noche fue Asmik Grigorian, la soprano lituana que interpretó una Senta transgresora y moderna, que desoye los designios ajenos. Eclipsó tanto al «holandés» John Lundren como al resto del elenco y desató frenéticas ovaciones en el templo wagneriano.

La segunda triunfadora fue Lyniv, no solo por el coraje de estrenarse en esa exigente plaza, sino por representar la innovación en el tradicionalista festival. La otra cara de la moneda -los abucheos- fueron para el director escénico, el ruso Dmitri Tcherniakov, otro debutante, que no gustó con su versión esquemática y hasta claustrofóbica de un personaje que se supone errante.

Había ansia por recuperar Bayreuth tras el cierre del año pasado por la pandemia. Como casi todo en estos tiempos, la reapertura fue con acceso limitado a vacunados, pacientes recuperados o quienes presenten un test negativo; se renunció a la alfombra roja ante el teatro, pero había gran anhelo de demostrar vitalidad.

El rostro de la renovación es el de Lyniv, la directora ucraniana de 43 años, con un buen rodaje en otros escenarios. Llevó esa misma ópera en el Liceu de Barcelona, en 2017, y ha dirigido otras piezas en la Staatsoper Unter der Linden, de Berlín, en las de Stuttgart, de Múnich y Fráncfort, entre otras.

Pero a Bayreuth la innovación suele llegar algo más tarde que en otros lados. Mientras Berlín ha incorporado a otras mujeres directoras -como la mexicana Alondra de la Parra-, esta ciudad de provincias bávara no había conocido en sus 145 años de historia una batuta femenina.

REGISTRO PREVIO Y NUBARRONES

La apertura de la temporada era, como todos los años desde tiempos de Richard Wagner, un 25 de julio. A los inconvenientes del registro previo y control de carnet de vacunación, etc, se añadía la amenaza de tormenta. Algo que, en este julio, en que Alemania ha sufrido unas devastadoras inundaciones con más de 170 muertos, era más que un mal augurio meteorológico.

«La obra de Richard Wagner conoce una solución para cada problema. Por eso no se hunde», comentaba Roman Kocholl, columnista del diario regional «Norbbayerische Kurier». Bayreuth ha conocido aperturas de temporada bajo diluvios o a temperaturas tórridas, en que en el interior del teatro se respiraba a 38 grados.

El año pasado se canceló por completo la temporada en medio de una pandemia que paralizó la vida cultural durante meses. A eso se sumó una larga baja por enfermedad de la directora del festival y biznieta del compositor, Katharina Wagner, quien se reincorporó a su puesto el pasado otoño.

UN PROGRAMA MINIMALISTA SURGIDO DE LA INMINENCIA

Bayreuth no quería otra temporada en silencio. Las autoridades alemanas han seguido ante la pandemia la línea cautelosa de la canciller, Angela Merkel, compartida por el primer ministro bávaro, Markus Söder.

La incidencia de contagios está registrando un leve, pero continuo ascenso. Sigue a niveles bajos -10 casos en siete días por 100.000 habitantes, en el caso de Baviera-. Pero la organización del festival sigue la norma de la máxima prudencia y medidas de higiene.

Para cada gala se ha previsto un aforo máximo de 911 entradas -de las más de 2.000 del teatro-. Algo raro en un festival caracterizado no solo por sus incómodas y escuatas butacas, sino por la práctica inexistencia de huecos en un evento que hasta ahora se preció de agotar cada una de las localidades.

No había alfombra roja, pero asistentes y paseantes recibieron con aplausos a Merkel, leal wagneriana desde sus tiempos de líder de la oposición, lo mismo que su esposo, el catedrático de Física Cuántica Joachim Sauer. Será previsiblemente su última visita aún como canciller, ya que se despide del poder tras las elecciones generales de septiembre.

El «Holandés errante» de Lyniv era el estreno elegido para la apertura. El resto del programa lo ocuparán la reposición de » Los Maestros Cantores de Núremberg»  de Barrie Kosky y la del «Tannhäuser» de Tobias Kratzer.

Para el siguiente «Anillo del Nibelungo» habrá que esperar a 2022. Katharina Wagner decidió ya el año pasado aplazar esta costosa producción, prevista para 2021, ante la incertidumbre creada por la pandemia.

Calmará algo la impaciencia de los wagnerianos el estreno de una «Valkiria», dirigida por el finlandés Pietari Inkinen, otra batuta joven para Bayreuth. La escenografía es del austríaco Hermann Nitsch e irá complementada por una serie de experiencias artísticas, al aire libre, con que ilustrar el resto de la tetralogía. JP

spot_img
spot_img

Lo + Nuevo

spot_img
spot_img
spot_img
spot_imgspot_img