Buenos Aires.- El ministerio de Seguridad de la provincia argentina de Mendoza (oeste) desvinculó hoy el ataque sufrido por el diario «El Sol» de las amenazas que tres de sus periodistas recibieron por parte de una banda de narcotraficantes, y señaló que lo sucedido fue «un robo a voleo».
El periódico informó hoy en su edición digital de que tres hombres armados irrumpieron a primera hora del día en sus instalaciones y que, tras robar varios objetos e insultar a los miembros de seguridad, escaparon, aunque poco después fueron detenidos cuando intentaban asaltar a los pasajeros de un autobús.
El ataque levantó la alarma en el diario ya que 48 horas antes se había conocido que tres de sus reporteros, a quienes se les asignó protección policial, fueron amenazados por un grupo dedicado al narcotráfico al que habían investigado y publicado varias informaciones sobre sus actividades ilícitas.
Según relata el periódico, los protagonistas del ataque de hoy sólo se llevaron algunas cosas, como el teléfono móvil y el bolso, con dinero en efectivo y tarjetas de crédito, de la encargada de seguridad, profirieron varios insultos y se fueron.
La mujer explicó que uno de los hombres le apuntó al cuerpo con el arma de fuego mientras le gritaba «no llamés a la Policía porque te morís».
«Me insultó y me empezó a pedir las cosas. Tenían entre 20 y 25 años», dijo.
Los reporteros de «El Sol de Mendoza» destaparon a los conocidos como «Los angelitos de la Yaqui», un grupo de narcotraficantes supuestamente liderado por Sandra Yaquelina Vargas, que tiene su campo de operaciones en el Campo Papa, un barrio pobre de la periferia de la localidad de Godoy Cruz, en Mendoza.
El pasado jueves, efectivos de la Dirección de Inteligencia Criminal avisaron a los periodistas de que disponían de información sobre posibles atentados en su contra, por lo que se decidió ponerles custodia policial, tanto en el trabajo como en su casa.
La banda de «Los angelitos de la Yaqui» está formada por jóvenes de entre 15 y 19 años que distribuyen la droga y actúan presuntamente como sicarios para Sandra Yaquelina Vargas, de 40 años, a quien se conoce como «Tía Susana».
La supuesta cabecilla de «los angelitos» no tiene de momento causas abiertas en su contra, aunque sí muchos de los que la rodean.
El pasado 22 de enero su marido, Cristian Gelvez, fue asesinado a balazos durante una salida transitoria en medio de la condena de 18 años de cárcel que cumplía por asesinato, y un sobrino se encuentra detenido por dos homicidios ocurridos el año pasado.
Las amenazas a los tres periodistas suman un capítulo más al preocupante incremento de las muertes relacionadas con el tráfico de drogas en Argentina, que en los últimos meses ha experimentado un estallido de violencia con la lucha territorial de los narcotraficantes por el comercio de los estupefacientes.
El ministro de Defensa argentino, Agustín Rossi, admitió ayer que Argentina ha dejado de ser un país de tráfico de drogas para convertirse en un país de consumo y elaboración y pidió reforzar los esfuerzos para luchar contra el narcotráfico.
Esta nueva situación había sido denunciada con anterioridad por la Iglesia Católica argentina que, a través del presidente de la Pastoral Social del Episcopado, Jorge Lozano, valoró hoy que el Gobierno haya reconocido el problema, aunque auguró que «llevará mucho tiempo salir adelante».
El ataque levantó la alarma en el diario ya que 48 horas antes se había conocido que tres de sus reporteros, a quienes se les asignó protección policial, fueron amenazados por un grupo dedicado al narcotráfico al que habían investigado y publicado varias informaciones sobre sus actividades ilícitas.
Según relata el periódico, los protagonistas del ataque de hoy sólo se llevaron algunas cosas, como el teléfono móvil y el bolso, con dinero en efectivo y tarjetas de crédito, de la encargada de seguridad, profirieron varios insultos y se fueron.
La mujer explicó que uno de los hombres le apuntó al cuerpo con el arma de fuego mientras le gritaba «no llamés a la Policía porque te morís».
«Me insultó y me empezó a pedir las cosas. Tenían entre 20 y 25 años», dijo.
Los reporteros de «El Sol de Mendoza» destaparon a los conocidos como «Los angelitos de la Yaqui», un grupo de narcotraficantes supuestamente liderado por Sandra Yaquelina Vargas, que tiene su campo de operaciones en el Campo Papa, un barrio pobre de la periferia de la localidad de Godoy Cruz, en Mendoza.
El pasado jueves, efectivos de la Dirección de Inteligencia Criminal avisaron a los periodistas de que disponían de información sobre posibles atentados en su contra, por lo que se decidió ponerles custodia policial, tanto en el trabajo como en su casa.
La banda de «Los angelitos de la Yaqui» está formada por jóvenes de entre 15 y 19 años que distribuyen la droga y actúan presuntamente como sicarios para Sandra Yaquelina Vargas, de 40 años, a quien se conoce como «Tía Susana».
La supuesta cabecilla de «los angelitos» no tiene de momento causas abiertas en su contra, aunque sí muchos de los que la rodean.
El pasado 22 de enero su marido, Cristian Gelvez, fue asesinado a balazos durante una salida transitoria en medio de la condena de 18 años de cárcel que cumplía por asesinato, y un sobrino se encuentra detenido por dos homicidios ocurridos el año pasado.
Las amenazas a los tres periodistas suman un capítulo más al preocupante incremento de las muertes relacionadas con el tráfico de drogas en Argentina, que en los últimos meses ha experimentado un estallido de violencia con la lucha territorial de los narcotraficantes por el comercio de los estupefacientes.
El ministro de Defensa argentino, Agustín Rossi, admitió ayer que Argentina ha dejado de ser un país de tráfico de drogas para convertirse en un país de consumo y elaboración y pidió reforzar los esfuerzos para luchar contra el narcotráfico.
Esta nueva situación había sido denunciada con anterioridad por la Iglesia Católica argentina que, a través del presidente de la Pastoral Social del Episcopado, Jorge Lozano, valoró hoy que el Gobierno haya reconocido el problema, aunque auguró que «llevará mucho tiempo salir adelante».
