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Así fue el complot para matar a Trujillo

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Santo Domingo (3/3) En la República Dominicana siempre había complots para tratar de matar al dictador Rafael Leónidas Trujillo, pero fue el cruel asesinato de las tres hermanas Mirabal, en noviembre de 1960, lo que realmente impulsó el lograrlo, seis meses después.

Patria, Minerva y María, las tres activas en la lucha contra Trujillo, fueron torturadas y asesinadas por orden del dictador el 25 de noviembre de 1960, lo que fue el principio de la desgracia del “Benefactor de la Patria”.

Hermanas asesinadasLas hermanas Mirabal, asesinadas por orden de Trujillo

Trujillo dio la orden primero al general José René “Pupo” Román, ministro de las Fuerzas Armadas y pariente suyo, quien se la pasó luego al despiadado Servicio de Inteligencia Militar (SIM), que hizo después aparecer la masacre como un “accidente automovilístico”.

En menos de seis meses después, Román estaba implicado en el complot para matar a Trujillo, pero a última hora se acobardó y traicionó a los implicados que acabaron siendo torturados y asesinado por Ramfis Trujillo, el hijo mayor del dictador.

Román había exigido a los implicados en el complot que antes de instaurar él una Junta Cívico- Militar para tomar el poder, tenía que ver el cadáver de Trujillo.

Una vez ultimado (a los dominicanos les gusta decir “ajusticiado”) a balazos Trujillo, en una emboscada en el kilómetro nueve de la carretera de Santo Domingo a San Cristóbal, su cuerpo escondido en el baúl de un auto de los implicados, estuvo recorriendo la capital en busca de Román.

Cuando fueron torturados por Ramfis, los implicados detenidos, casi voluntariamente, lo denunciaron como “el traidor” y también sufrió la misma suerte a manos de la policía secreta SIM, primero en una réplica de silla eléctrica y luego ultimado a balazos.

Monumento a heroesMonumento a los protagonistas del 30 de Mayo.

No es de extrañar entonces que, en el monumento a los Héroes del 30 de mayo, erigido en el mismo sitio del atentado a Trujillo, no esté incluido Román, en la lista de los 18 mencionados en una placa, aunque solo siete fueron los ejecutores.

“A quienes sacrificaron sus vidas por liberar al Pueblo Dominicano y ajusticiaron al tirano Rafael L. Trujillo el 30 de mayo de 1961”, dice la placa.

De los ejecutores e implicados en el atentado, solo dos sobrevivieron: Antonio Imbert Barrera y Luis Amiama Tío. El primero escondido en un apartamento de un diplomático italiano y el segundo en un closet de la casa del doctor Mario Tabaré Álvarez Pereyra, nada menos que ministro de Salud del gabinete del presidente Joaquín Balaguer.

Familia trujilloRafael y Ramfis Trujillo están enterrados en un cementerio de madrid

Salieron de sus escondites hasta cuando los hijos y hermanos de Trujillo dejaron en noviembre de ese año Santo Domingo, con sus correspondientes millones de dólares y toneladas de oro, además del ataúd del dictador.

Los dos fueron recibidos como héroes al día siguiente en el Palacio Nacional por el presidente Balaguer. Y a Imbert, quien fue el que remató a Trujillo con una Colt-45, lo ascendió a general de tres estrellas, “por razones de extraordinario servicio a la nación”.

Amiama Tío murió poco después en Estados Unidos e Imbert, a los 95 años el año pasado, después de haber sido hasta Presidente de la República por cuatro meses en 1965.

El General Imbert, único sobreviviente del atentado, falleció a los 95 años en 2016.

Los ejecutores del complot, con armas suministradas por la CIA, fueron siete: Antonio de la Maza, Antonio Imbert Barrera, Salvador Estrella Sadhalá, el teniente Amado García Guerrero, Pedro Livio Cedeño, Huáscar Tejeda Pimentel y Roberto Pastoriza Neret.

Los siete actuaron en tres autos que emboscaron al Chevrolet Bel Air 1957 que llevaba al dictador a su pueblo natal, San Cristóbal, para una cita amorosa con una joven de 17 años, solo acompañado por el chofer, Zacarias de la Cruz, y sin escolta militar.

Cuando el chofer le advirtió que eran muchos y que trataría de volver a Santo Domingo, el dictador, saliendo casi del auto con un revólver calibre 38 disparando en la mano, le dijo: “Estoy herido, coge la ametralladora y prepárate a pelear”. De la Cruz sobrevivió a pesar de estar mal herido y dio detalles del atentado.

Los miembros del complot creían que solo matando a Trujillo se podría poner fin a una dictadura de más de 30 años. Pero cada uno, actuaba también por razones personales.

El teniente García Guerrero (“Amadito”), por ejemplo, era nada menos que ayudante militar de la prestigiosa guardia personal de Trujillo. “El Jefe” le había prohibido casarse con su novia Luisita Gil, por tener “un hermano comunista”.

Placa de HeroesPlaca en honor en memoria de quienes ultimaron a Trujillo.

“En este país hay muchas mujeres, búsquese otra”, le había dicho Trujillo, según la novela “La Fiesta del Chivo”, del escritor Mario Vargas Llosa.

Pero lo que no perdonaba García Guerrero era que el jefe del SIM, el temido coronel Johnny Abbes, le hiciera pasar “la prueba definitiva” antes de lograr un ascenso militar”, según Vargas Llosa.

Esta consistía en ejecutar a sangre fría a un detenido anti trujillista, cosa que el teniente hizo sin pestañear y sin querer saber quién era.

A pesar de que no quería saberlo, Abbes se lo dijo para comprometerlo aún más: “Es un comunista menos, era el hermano de su ex novia… que lo tiren a los tiburones”.

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