Managua – La Policía de Nicaragua realizó este sábado un amplio despliegue en la zona sureste de Managua, luego de conocerse que grupos opositores se citaron para protestar contra el presidente Daniel Ortega, en medio de la peor crisis sociopolítica del país en décadas.
Desde tempranas horas de la mañana, decenas de patrullas conformadas por cientos de policías se instalaron en la salida sureste de Managua para bloquear el punto de reunión de los manifestantes.
Los opositores tienen previsto reunirse en un estacionamiento privado este mediodía para realizar un plantón de repudio a Ortega y en apoyo a los familiares de los denominados «presos políticos», que han denunciado torturas y malos tratos contra los reos que se oponen al Gobierno sandinista.
La Policía nicaragüense se presentó en el lugar con unidades de agentes antimotines, cuerpos élite contra el crimen organizado y efectivos entrenados para enfrentar a criminales peligrosos, con el objetivo de evitar la protesta organizada por las madres y esposas de los presos.
Los agentes permanecían esta mañana con escudos y armas de guerra, junto a vehículos todo terreno y cárceles móviles, en la pista conocida como Carretera a Masaya.
Mientras tanto en redes sociales, diferentes seguidores sandinistas colgaron mensajes amenazantes, con palabras ofensivas, dedicados a cualquiera que intentara protestar contra Ortega.
Actualmente la Policía de Nicaragua mantiene una estricta prohibición de muestras de rechazo hacia Ortega, así como del uso de la bandera nacional, a pesar de que la medida contradice la Constitución, según los juristas.
La restricción se da en medio de una crisis sociopolítica que desde abril de 2018 ha dejado al menos 328 muertos, según la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), aunque organismos locales cuentan hasta 651, y el Gobierno admite 200.
La CIDH además ha responsabilizado al Gobierno de Nicaragua por la violencia, y le ha señalado de cometer crímenes «de lesa humanidad» en medio de la crisis. Al respecto, Ortega ha explicado que se defiende de un supuesto intento de «golpe de Estado».
Nicaragua no vivía una crisis tan grave desde los años 1980 a 1990, época en la que Ortega gobernó por primera ocasión.
