«En estos días, insultar a los sacerdotes, insultar a los obispos, insultar al cardenal, insultar a los feligreses, es común para los que no tienen a Dios en su corazón», señaló.
«Pero yo les digo: pueden insultar como hondureños, pueden rayar las paredes, pueden andar desnudos si les parece, pueden agredir físicamente, pero la dignidad de estos hijos e hijas de Dios no la van a poder insultar, ni la van a poder borrar, ni guardar», sostuvo.
Al mismo tiempo, Pineda dijo que «no hay nadie capaz en esta tierra de borrar de ninguno de nosotros lo que somos, ya que somos imagen y semejanza de Dios».
Asimismo dijo que la dignidad humana de los hijos e hijas de Dios no puede ser pisoteada.
Sin embargo, añadió que «hay quienes atentan contra la dignidad a través del pecado. ¡Cuidado hermanos!, que nuestra identidad de cristianos no se vea opacada por el pecado!».
Por otro lado, el obispo dijo a los feligreses presentes en la misa en la Catedral que «el agua tiene dos rostros, el de la vida y la muerte; el agua desmedida es signo de muerte, pero el agua en su justa medida es señal de vida».
«Esos dos elementos y esas dos formas de entender el agua también significan el día de nuestro bautismo, el agua con la que morimos al pecado original, porque todos nacemos con la triste herencia de Adán y Eva», sostuvo.
Puntualizó diciendo que «Dios, a lo largo de la historia de la creación, se ha valido del agua para salvar y para purificar del pecado».
