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Algunos de mis sueños

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Por: Otto Martín Wolf

La reciente muerte de Mohamed Ali, “el más grande”, boxeador de los pesos completos de todos los tiempos, me hizo recordar algunos de mis sueños de juventud.

Criado en las semi penurias de un hogar humilde, miles de deseos cruzaban por mi mente, algunos de los cuales -por estar íntimamente relacionados con el factor dinero/escasez – parecían irrealizables para un muchacho de 16 años con más imaginación que fortuna.

Soñaba con ver pelear a Ali en persona – y en primera fila desde luego. Sus hazañas en el ring así como su extraordinaria personalidad, demostrada cuando no le importó perder su título de campeón mundial por negarse a ir a la guerra de Viet Nam, lo convirtieron en un ídolo mundial de toda una juventud que como yo, tenía ideales pacifistas, eran los tiempos de “hacer el amor y no la guerra”.

Soñaba, también, ver cantar a Frank Sinatra quien, a pesar de ser ídolo de una generación anterior, siempre tuvo mi admiración.

También, en mi paquete de sueños, estaba el asistir a un concierto de los Beatles quienes en esa época ya se habían posicionado como los reyes absolutos de la música juvenil en la llamada “invasión británica”.

Finalmente, soñaba convertirme en escritor Si tenía talento o no eso estaba por verse, pero era quizá el sueño más preciado.

En aquella época, llenaba los tiempos libres devorando todo libro o revista que caía en mis manos.

De nuevo, sin suficiente dinero para casi todo, hice un trato en una tienda de libros usados; me los alquilaban muy baratos, pero tenía que traerlos de vuelta en una semana, de lo contrario se duplicaba el costo. Muy ventajoso pues me dio velocidad de lectura y, además, de no haber sido así me hubiera sido imposible leer lo que he leído.

La vida me mostró casi de inmediato -y con toda crudeza- que no todos los sueños se cumplen. Mohammed Ali se retiró antes de que yo tuviera la capacidad de pagar y los Beatles se separaron poco después.

Pasó el tiempo, la fortuna me favoreció y, aunque un poco tarde para algunas cosas, pronto tuve los recursos para empezar a tratar de cumplir los sueños restantes.

Mohammed y los Beatles eliminados, quedaba Sinatra, a quien pude ver cuando aún tenía su voz completa y firme, vistiendo un impecable traje de smoking y con todo el deseo de cantar.

Viajé largo sólo por verlo y escucharlo, pero valió la pena.

Pasaron los años; Mohammed Ali envejeció y enfermó, pero no los videos de sus peleas, los cuales serán frescos por siempre.

En cuanto a los Beatles, la vida -generosamente- me dio la oportunidad de ver lo más cercano posible, pude asistir a un concierto de Paul McCartney quien sin haberse agotado para nada, cantó con todo el entusiasmo de su juventud.

Cantó todas las canciones del grupo y puedo jurar que fue como estar escuchando a los Beatles, maravilloso!

Finalmente, el sueño más importante, el de escribir, se me realizó completamente. Con varias novelas publicadas, infinidad de artículos de prensa, discursos políticos y empresariales, pequeños ensayos y siempre una nueva idea para seguir realizando ese sueño.

Después de algunos años de bloqueo con los libros, me siento feliz pues estoy escribiendo uno nuevo y creo que será el más importante de mi vida.

Aunque debo reconocer que cada vez que arranco otro me digo lo mismo, pero creo que éste sí lo es.

Título provisional? “El dios fallido”. Veremos qué pasa.

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