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Alfonso Aguilar, entre la música de cine, la neurociencia y la mercadotecnia

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México – El compositor español Alfonso Aguilar, con estudios musicales y neurocientíficos, ha diversificado su carrera entre la música para el cine y para la mercadotecnia, ámbitos que, según explicó en entrevista a Efe, «están muy relacionados».

«Buscar la relación es complicado y a la vez fácil. La música es emocionar a la gente, provocar alegría, tristeza, tensión. Al final la neurociencia nos ayuda a medir estas cosas», detalló Aguilar.

Este madrileño de 34 años, que también es productor del reconocido cantante mexicano Carlos Rivera, empezó a estudiar piano cuando era un niño y la vida lo llevó a componer música para cine muy joven, por lo que fue aprendiendo «mientras trabajaba».

Hace algunos años decidió hacer un máster en hipnosis clínica «para entender mejor cómo emocionar a las personas» lo que, consideró, «al final es el camino natural».

Actualmente se encuentra en México trabajando en dos bandas sonoras: «El rey de todo el mundo», del español Carlos Saura, y «Klaus» de Sergio Pablos, director de la saga «Gru».

Aguilar se siente muy satisfecho con ambos trabajos y con su situación profesional actual, ya que dijo tener la suerte de «poder elegir los proyectos» en los que implicarse.

El compositor también está en México debido a la apertura de una sede de su empresa en el país latinoamericano, que tanto él como su socio, el empresario mexicano Carlos Perezcano, consideran «punta de lanza» de cara al mercado en el continente.

Sounditi es una compañía con base en España que se dedica a generar identidad de sonido para compañías que así lo requieran para «ayudar a las marcas a que emocionen a sus clientes», explicó.

Para esto, estudian a los clientes y, mediante un motor de inteligencia artificial y reconocimiento de emociones, construyen el sonido que pueda generar emoción y alegría, entre otros, lo que después garantizan que funcione mediante un estudio de neurociencia.

Aguilar consideró que este tipo de negocio todavía está poco desarrollado, tanto en Europa como en América, ya que las marcas apenas se están dando cuenta de que «la voz es lo siguiente grande que viene» y que «si no tienes voz propia de tu compañía estás muerto», aseveró el madrileño.

Con asistentes virtuales como «Alexa», «Siri» o «Google Home», se ha abierto el camino hacia la importancia de la voz, el sonido y la música corporativa, que no es lo mismo que una melodía compuesta para cada acción publicitaria.

«Es necesario para las empresas que la gente escuche el primer acorde y sepa a qué compañía pertenece», explicó.

Según él, algunas empresas se darán cuenta a tiempo y otras tendrán que hacerlo «a la fuerza», cuando se queden atrás en el mercado.

Igual que a día de hoy la mayor parte de las empresas dedican tiempo y recursos a elaborar su logotipo o su imagen corporativa que se distingan de las demás compañías, en los próximos años sucederá lo mismo con el sonido, sostuvo.

En «Sounditi», al contrario de lo que sucede en su música para cine, se subordina el arte a la estrategia de cada compañía, lo que Aguilar considera compatible en su trabajo.

El compositor ha terminado combinando ambas facetas aunque reconoció que cuando compone bandas sonoras no utiliza las herramientas de la neurociencia, ya que «el cine es arte» y crea lo que considera «bello», mientras que en la elaboración de sonido para empresas no se está haciendo arte, se genera una estrategia.

De cara el futuro espera poder seguir desarrollando su trabajo en ambos campos, ya que se siente cómodo de esta manera, pero no le gusta hablar sobre el futuro, prefiere centrarse en el momento actual, con el que se siente profundamente satisfecho y emocionado.

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