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Al menos 10 muertos en protestas contra Gobierno en región etíope de Oromia

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Adis Abeba – Al menos 10 personas han muerto y otras 11 han resultado heridas en enfrentamientos con las fuerzas de seguridad durante una huelga de tres días en la región de Oromia, en Etiopía, informaron hoy fuentes gubernamentales.

La huelga llevó al cierre de comercios, escuelas, y la suspensión de transporte y demás servicios públicos en la región del mayor grupo étnico del país, Oromia, que derivó en enfrentamientos con las fuerzas de seguridad.

«La huelga se volvió violenta en algunas áreas, cobrándose la vida de hasta 10 personas e hiriendo a otras 11», dijo el subdirector de la Oficina de Comunicación de Asuntos Exteriores del Gobierno de Oromia, Eumy Abajemal.

El funcionario explicó que, aunque las huelgas han terminado y los servicios públicos ya funcionan, «aún hay algunas ciudades que no han vuelto a la normalidad».

Durante los días de huelga, siete presos políticos de la región fueron liberados, entre los que se encuentra uno de los líderes del principal partido de la etnia Oromo, el Congreso Federalista Oromo (OFC), Bekele Gerba.

El pasado 15 de enero, el fiscal general del país, Getachew Ambaye, anunció la puesta en libertad de 528 presos políticos, entre los que se encontraba el líder opositor Merera Gudina, cabeza del OFC.

Además, el pasado día 26, las autoridades de la región etíope de Oromia anunciaron que liberarían a 2.345 presos políticos después de que su presidente, Lemma Magerssa, los indultara.

Según medios locales, Etiopía liberó ayer a 746 presos más, entre los que figuran un periodista y un líder de la oposición, en la tercera ronda de los indultos que el Gobierno anunció a principios de enero como gesto de «consenso nacional».

Todas las liberaciones forman parte de la amnistía anunciada por el EPRDF, una coalición de cuatro partidos regionales de distintas etnias.

De acuerdo al oficialismo, se trata de una medida destinada a construir «un consenso nacional» y a «ampliar el campo de juego democrático», tras años de denuncias de grupos pro derechos humanos y organizaciones internacionales contra Etiopía por encarcelar a miles de políticos, activistas y periodistas, entre otros.

Las manifestaciones comenzaron en noviembre de 2015, para protestar contra un plan de expansión urbanística de Adis Abeba en tierras de Oromia, que rodean a la capital.

Los oromo, un pueblo tradicionalmente agrícola y seminómada, se alzaron entonces contra lo que consideraban una amenaza a sus medios de vida.

La Comisión de Derechos Humanos de Etiopía informó de que 669 personas fueron asesinadas entre agosto de 2016 y marzo de 2017 y señaló que las fuerzas de seguridad hicieron, en algunos casos, un uso excesivo de la fuerza.

El primer ministro de Etiopía, Hailemariam Desalegn, dimitió hoy de su cargo, en el que lleva casi seis años, así como de su puesto de presidente de la coalición gobernante.

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