Tegucigalpa – La Cámara Legislativa se apresta el próximo 25 de marzo a elegir al nuevo representante del Comisionado Nacional de Derechos Humanos, una institución que fue parte de la ola reformista de modernización del Estado que vivió Honduras a inicios de los años noventa, al amparo de los acuerdos de paz centroamericanos.
Fue la década en que Centroamérica entraba a una etapa de pacificación que buscaba poner fin a las guerras intestinas que vivieron algunos países centroamericanos, así como el fin de la doctrina de seguridad nacional como parte de la guerra fría.
En ese momento, un ex agente de la desaparecida Dirección de Investigación Nacional (DNI) denunció las atrocidades realizadas por la Policía Nacional y las violaciones a los derechos humanos, entre ellos tortura, detenciones ilegales, seguimiento a los opositores, levantamiento de falsos perfiles, complicidad en asesinatos, entre otros hechos deplorables,
La denuncia fue interpuesta por Eli Zúñiga -quien murió hace un par de años- y su fuerza fue tal que llevó al entonces gobierno del entonces presidente Rafael Callejas (1990-94) a crear una comisión de notables que recomendó entre otras cosas, eliminar la DNI y separar la policía nacional de la égida civil, también crear el Ministerio Público y el Comisionado Nacional de los Derechos Humanos (Conadeh).
Los inicios del Conadeh llenaron de esperanzas a los hondureños por la novedad de la figura y las acciones de su primer representante, el doctor Leo Valladares, quien en su primer informe “Los hechos hablan por sí mismos”, pidió perdón en nombre del Estado por la desaparición forzada de al menos 187 personas por motivos político ideológico en los años 80 a manos de los cuerpos de seguridad del Estado, entre ellos el llamado batallón de la muerte conocido como 3-16.
Los comienzos del Comisionado
Ramón Custodio López.Crear una institucionalidad a lo interno del Conadeh y mostrar su vigilancia a la ayuda humanitaria tras el paso del huracana Mitch, fomentar las auditorias sociales y empoderar a la ciudadanía de la importancia de los derechos humanos, fueron algunas de las acciones que sembraron la credibilidad en esa institución.
Posteriormente, el Conadeh cayó en manos de uno de los defensores más acérrimos de los derechos humanos en Honduras que expuso su vida y la de su familia, convencido que en Honduras nunca más deberá retornar la etapa del oscurantismo, el médico patólogo, Ramón Custodio López, quien junto a un equipo de profesionales, jugó uno de los roles más protagónicos en la historia del país, denunciando los abusos desde el Estado, peleando por la independencia de poderes, dando voz a los sectores excluidos, defendiendo la libertad de expresión y enfrentando, sin temores, las diversas manifestaciones de autoritarismo a que estaba abocado el país.
Custodio imprimió su sello a esa institución y dejó bien montada una red de delegados que se empoderaron de su papel y fueron haciendo de la defensa de los derechos humanos una bandera de lucha permanente.
La última era
A Custodio le sucedió el actual comisionado Roberto Herrera Cáceres, ligado a la academia y a puestos en instancias regionales de la integración centroamericana. Su mandato se ve reflejado en los comunicados de prensa con los que informa al país.
Bajo su gestión sucedió algo inédito en la historia del Conadeh: dos huelgas de hambres protagonizadas por sus empleados y cerca de una docena de demandas entabladas por sus trabajadores por presunta violación de derechos.
Roberto Herrera ha pedido su reelección ante el Congreso.En contraste, el Conadeh destaca entre sus logros el haber posicionado a la institución en el ámbito centroamericano reactivando el Consejo Centroamericano de Procuradores, la exhortativa al país para una unidad nacional para garantizar la paz y la estabilidad, exhortar al Estado para que combata eficazmente la corrupción y la impunidad, entre otros pronunciamientos relacionados con la migración, la salud, la educación.
Una de las acciones que fue vista con simpatía en la ciudadanía por parte del Conadeh fue la mediación que jugó cuando un grupo de policías elites TIGRES se sublevaron a la autoridad y tras una firma de compromisos que garantizaban el respeto a los derechos, así como a la ley y el orden, el comisionado de derechos humanos fue visto como un actor que podría jugar roles similares en otras crisis, pero no fue así: la Didadpol, desoyó los acuerdos obtenidos por el Conadeh y los policías quedaron en indefensión y el papel del comisionado, quedó desdibujado.
El Congreso Nacional inició ya la elección del nuevo Ombudsman.Al aproximarse una nueva elección de un cargo trascendental para el país y la institucionalidad misma, el proceso de elección surge huérfano de respaldo y calor popular, sin el acostumbrado posicionamiento de las organizaciones de sociedad civil, en especial las que por años han trabajado el tema de los derechos humanos.
Hacia una nueva elección
Esa apatía según los mismos defensores de los derechos humanos y analistas refrenda un decaimiento de las luchas sociales que en otros momentos eran visibles y hasta apasionadas en la defensa de los derechos humanos y civiles.
En tanto en la Cámara Legislativa se encuentra en los archivos una propuesta de ley para elección de altos funcionarios, otra sobre ley de audiencias públicas e incluso, se una iniciativa de los empresarios orientada a fortalecer estos procesos bajo mecanismos de selección y elección más transparentes, pero los legisladores, en su mayoría, han dicho que es a ellos a quienes toca elegir y bajo sus reglas.
Para la elección del próximo defensor del pueblo, se han postulado más de 14 aspirantes, entre ellos la actual secretaria de Derechos Humanos, Karla Cueva, con amplio currículo al respecto, también la ex integrante de CONAPREV y exjueza, Odalis Nájera, de amplia trayectoria reconocida, el actual delegado del Conadeh para la zona norte, Juan Wilfredo Castellanos, de gran trayectoria en la defensa de los DDHH y el abogado Alex Navas, del equipo de abogados hondureños que trabajó en la MACCIH.
Karla Cueva, actual ministra de DDHH.Son algunos de los más visibles, pero se menciona como aspirantes al cargo a la abogada Ángela Marieta Sosa Veroy, Larissa Karina Pineda; el también ex integrante del CONAPRE, Orle Solís, mientras por sociedad civil y organismos humanitarios destacan Carlos del Cid y la dirigente de la red lésbico catrachas, Indyra Mendoza. Pero en los pasillos legislativos, se indica que uno de los potenciales sucesores de Herrera Cáceres podría ser el diputado Dennis Castro Bobadilla, cuya postulación por los momentos no ha sido pública. También se menciona que el actual comisionado, Herrera Cáceres, quiere seguir en el puesto.
La Cámara Legislativa tiene previsto iniciar las audiencias públicas para los más de 14 postulantes, a más tardar la próxima semana, pues de no hacerlo y de o haber elección, Herrera Cáceres seguiría al frente de ese organismo.
La elección del próximo Comisionado Nacional de los Derechos Humanos será clave porque éste integra la Junta Nominadora que elegirá a la próxima Corte Suprema de Justicia e incluso al próximo Fiscal General del Estado, cuando el actual, Óscar Fernando Chinchilla, vaque en su cargo de cinco años.
Los analistas y organismos de sociedad civil y de derechos humanos, indican que el nuevo comisionado debe devolver el prestigio y la dignidad a una institución que surgió precisamente para poner un alto a la impunidad y a las violaciones humanitarias, una agenda que, en este momento, no es tan fuerte y sigue pendiente.
