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En manos de la justicia fundador del emporio DMG

Bogotá – -El controvertido empresario David Murcia Guzmán, cabeza del consorcio DMG, quedó hoy en manos de la justicia de su país después de ser capturado en Panamá y deportado a Colombia, donde se investiga a sus empresas por la presunta captación ilícita de dinero y vínculos con fondos del narcotráfico.
 

– David Murcia Guzmán, de vendedor en la selva a dueño de aviones y yates

Murcia Guzmán fue capturado anoche en una casa de Campana, distrito de Capira, y pocas horas más tarde trasladado deportado a Colombia.

El hombre de 30 años, de origen popular, que en las últimas semanas se convirtió en un mito del éxito y la fortuna, compitiendo con los bancos, fue trasladado en tiempo récord a Bogotá y quedó en manos de la Fiscalía General de la Nación.

El ex ayudante de cámara, cuyas iniciales identifican un grupo de empresas, fue arrestado poco después de que las autoridades colombianas ordenaran ayer su captura y la de otras seis personas, y de que solicitaran apoyo del Gobierno de Panamá, donde vivía.

El detenido llegó a Colombia de madrugada en un avión de la Policía Nacional a Cartagena (norte), acompañado por el general Óscar Naranjo, director de esa entidad, y horas después fue trasladado a Bogotá.

Las sedes de DMG en toda Colombia fueron ocupadas por la Policía el pasado lunes, cuando se decretó el estado de emergencia social para afrontar la quiebra de las oficinas que captaban fondos prometiendo intereses exagerados, conocidas como «pirámides».

No obstante, los dueños de DMG se sentían a salvo, ya que argumentan que esa firma era una comercializadora de productos y servicios. Pero la Fiscalía colombiana aseguró que el crecimiento vertiginoso de ese conglomerado solo se explica con el del manejo de dinero de origen ilegal.

La sigla DMG, parte de la comercializadora que recogía dinero, comprendía una transportadora de valores, una compañía de vigilancia y un canal de televisión por cable.

El presidente de Colombia, Álvaro Uribe, declaró hoy que las «pirámides» pueden ser un «coletazo» del narcotráfico, de la guerrilla y de los paramilitares «tratando de lavar dineros por la vía de engañar a los colombianos y de invocar causas injustas».

Uribe agradeció a las autoridades de Panamá la detención de Murcia Guzmán, acusado de concierto para delinquir, lavado de activos y enriquecimiento ilícito.

Asimismo, subrayó la voluntad del Gobierno de «perseguir estos delincuentes estén donde estén». El mandatario aseguró que ahora «la prioridad es reparar a las personas que en alguna forma fueron engañadas, fueron estafadas, y fueron seducidas a llevar capitales honestos a estas instituciones».

Entretanto, Murcia Guzmán, el que hasta hace pocas horas fuera el ídolo de miles de clientes y paradigma del éxito, ha sido comparado por las autoridades colombianas con los mafiosos.

El empresario trabajó en sus comienzos en la región selvática del Putumayo, la zona de mayores cultivos ilegales de coca del país, donde hizo sus primeros negocios.

Según el ministro de Defensa de Colombia, Juan Manuel Santos, «entre las propiedades de Murcia se hallaron tres yates, dos aviones, 12 lujosos vehículos e innumerables inmuebles que demuestran un alto nivel de vida propio de narcotraficantes».

Del empresario se dice que vivía en Ciudad de Panamá en un apartamento alquilado por más de 8 mil dólares mensuales y que tenía una flotilla de automóviles Ferrari y Maserati y motos Harley Davidson.

Con todo, el fundador de DMG y su empresa siguen siendo vistas con admiración por miles de los clientes, que siguen participando en protestas en Bogotá y otras ciudades.

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David Murcia Guzmán, de vendedor en la selva a dueño de aviones y yates

Bogotá – David Murcia Guzmán, el colombiano de 30 años que creó un emporio y desfalcó al Estado, comenzó como vendedor de suplementos alimenticios en una zona selvática y ayudante de cámara de televisión y acabó viviendo en Panamá en medio de excentricidades gracias a la fortuna amasada con su negocio.

El empresario, cabeza del grupo DMG, que acumuló una veintena de compañías en Colombia y se encontraba en fase de expansión hacia los países limítrofes, fue capturado anoche en Panamá y deportado a Colombia.

Enseguida empezaron a divulgarse historias sobre sus costumbres de nuevo rico y de las cajas de billetes que aparecen en las oficinas de su organización, al mejor estilo de los mafiosos que prosperaron en Colombia en las décadas de 1980 y 1990.

Las autoridades colombianas intervinieron la firma el pasado lunes, después de decretar el estado de emergencia social para afrontar la quiebra de las llamadas «pirámides» financieras, pese a que DMG afirma no ser una oficina de ese tipo, sino una comercializadora de productos y servicios.

Ayer la Fiscalía anunció ordenes de captura contra Murcia Guzmán y otras seis personas de su entorno, acusadas de concierto para delinquir y captación ilegal de fondos.

El Gobierno relaciona el vertiginoso crecimiento de la firma que lleva las iniciales de Murcia Guzmán con el blanqueo de dinero del narcotráfico.

Según el ministro de Defensa, Juan Manuel Santos, «entre las propiedades de Murcia se hallaron tres yates, dos aviones, 12 lujosos vehículos e innumerables inmuebles que demuestran un alto nivel de vida, propio de narcotraficantes».

El empresario, natural del departamento andino de Cundinamarca, trabajó en sus comienzos en la región selvática del Putumayo, la zona de mayores cultivos ilegales de coca del país, donde hizo sus primeros negocios.

Los analistas consideran que David Murcia Guzmán encarna el sueño de prosperar, muy propio de los colombianos.

Tras la intervención de DMG, han venido a conocerse historias sobre excentricidades de Murcia, de quien se afirma que vivía en Ciudad de Panamá en un apartamento alquilado por más de 8.000 dólares mensuales.

Los medios aseguran que, como todo millonario reciente, el colombiano tenía sus disposición tres yates, un jet ejecutivo y una avioneta, automóviles Ferrari y Maserati y motos Harley Davidson, y las fotos lo muestran con trajes exclusivos.

Aunque se consideraba que DMG fue intervenida sólo por captar dinero de forma ilícita, las últimas declaraciones de funcionarios relacionan su actividad con el blanqueo de dinero del tráfico de drogas.

Ayer mismo fueron detenidos en Bogotá el productor de televisión Daniel Ángel y la abogada Margarita Pabón, señalados como cerebros de las relaciones públicas y las finanzas del grupo, respectivamente.

En las detenciones se encontró una caja con el equivalente a 250.000 dólares, que según el abogado de Murcia Guzmán, Abelardo de la Espriella, eran para costear la fiesta de fin de año.

Pero esa cifra se quedó corta más tarde en otro allanamiento en el que la policía aseguró haber encontrado el equivalente a unos 2 millones de dólares en pesos colombianos.

Este escándalo se ha destacado por el marcado apoyo del público a la firma y a su creador y por la justificación que hacen los clientes a esa forma de ganar intereses, frente los malos servicios, altos costos y estrictos requisitos de la banca.

En las avenidas de Bogotá se han realizado grandes manifestaciones de clientes de DMG vestidos con camisetas con el logotipo de la compañía.

Esas protestas también se han llevado a cabo frente a la sede principal de la firma, a las afueras de Bogotá, donde hace pocos días se veían largas filas de automóviles ingresando a recoger televisores gigantes y otros electrodomésticos.

Pero las colas de los clientes ahora son en el estadio de Bogotá, donde fueron convocados por el Gobierno para pedir la devolución del dinero.
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