spot_imgspot_img

Colombia espera mantener la buena relación con EE.UU. pese a reprobar en lucha antidrogas

Bogotá – La decisión del Gobierno estadounidense de excluir a Colombia del grupo de países que cumplieron en los últimos 12 meses en la lucha contra el narcotráfico ha causado un nuevo roce en la relación bilateral pero no afecta de momento la cooperación de Washington, que la considera vital para sus intereses.

El comunicado del Departamento de Estado sobre los resultados de 23 naciones identificadas como «los principales países de tránsito o mayores productores de drogas ilícitas», señaló a Afganistán, Bolivia, Birmania, Colombia y Venezuela «por haber incumplido manifiestamente (…) sus obligaciones en virtud de los acuerdos internacionales antinarcóticos».

Colombia es el principal productor mundial de cocaína y, según el último informe anual de la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (Unodc, sigla en inglés), concentra 253.000 de las 376.000 hectáreas de cultivos de coca en el mundo, es decir, dos terceras partes.

El país no recibía la llamada ‘descertificación’ por falta de resultados contra las drogas desde 1997, durante el Gobierno de Ernesto Samper, quien fue acusado de recibir fondos ilícitos del narcotráfico para la campaña que lo llevó a la Presidencia.

Sin embargo, con excepción de Afganistán, Washington mantendrá la asistencia a los otros cuatro países al considerar que «es vital para los intereses nacionales de Estados Unidos».

Eso significa que Colombia «evita la aplicación inmediata de restricciones de asistencia y abre un compás de espera condicionado de hasta 12 meses para mostrar resultados verificables», según la Cámara de Comercio Colombo Americana (AmCham).

«En la práctica, la decisión preserva la cooperación bilateral, pero eleva la exigencia sobre metas y verificación», señaló en un comunicado.

Con esa posición coincide el jefe de la misión diplomática de Estados Unidos en Colombia, John McNamara, quien dijo a Blu Radio: «Tenemos valores comunes, democráticos, y eso sigue fijo y de nuestra parte vamos a hacer todo lo posible para luchar con el Gobierno y el pueblo colombiano contra esa amenaza global» del narcotráfico.

Presión política

«Considero que esta descertificación es mucho más benigna, en la medida en que simplemente amenaza con retirar una ayuda militar, un respaldo económico; en el caso de la descertificación durante mi gobierno se anunciaron medidas efectivas», dijo a EFE el expresidente Samper (1994-1998).

El hecho de que el país haya sido reprobado en la lucha contra el narcotráfico pero conservando la ayuda estadounidense, cuyo monto es cercano a los 400 millones de dólares anuales, es para Samper «más preocupante (…) porque se trata, como en mi gobierno, simplemente de producir un daño reputacional al país».

El presidente colombiano, Gustavo Petro, afirmó este martes que la ‘certificación’ es «un instrumento de dominación y poder» en una guerra contra las drogas que considera ha fracasado y su Gobierno argumenta que los decomisos de drogas fueron récord en 2024.

«El mundo necesita cambiar su política antidrogas porque ha fracasado. Lo único que ha cambiado es que vamos en el mundo de peor en peor, los EE.UU. detuvieron el crecimiento del consumo de cocaína porque se pasaron en masa al consumo de fentanilo, que es 30 veces más mortal que la cocaína», expresó Petro en X.

Samper es de la misma opinión y considera que «la descertificación es una decisión para estigmatizar los países que no siguen la línea de la política exterior norteamericana y santificar a los que se someten voluntariamente a ella».

«Nadie en el mundo duda hoy de los costos que hemos pagado los colombianos en esta lucha asimétrica contra las drogas, en la que nosotros ponemos los muertos y los países del norte ponen los consumidores», afirmó el expresidente.

Un año de tropiezos

La relación de Colombia con Estados Unidos ha sufrido sobresaltos desde enero pasado cuando afloró un amago de crisis diplomática por la decisión de Petro de no permitir el ingreso al país de dos aviones con deportados de EE.UU. alegando que no recibían un trato «digno».

Tras la amenaza de Trump de responder a ese desafío con la imposición de aranceles a los productos colombianos, las aguas volvieron a su cauce pero a lo largo del año han surgido más roces entre los dos gobiernos por diferencias políticas e ideológicas.

«No es momento de estar jugando con política ideológica electoral local, poniendo en peligro la relación con Estados Unidos», el principal socio comercial y aliado estratégico en seguridad de Colombia, recordó hoy el presidente de la Asociación Nacional de Empresarios de Colombia (ANDI), Bruce Mac Master.

La AmCham Colombia, por su parte, recomendó al Gobierno «presentar y ejecutar con urgencia una hoja de ruta con metas alcanzables y verificables que evidencie voluntad política y una mejora sustancial» en asuntos como erradicación de cultivos ilícitos, reducción de producción y tráfico, cooperación judicial y desmantelamiento financiero de las organizaciones criminales.

«Solo así el país podrá solicitar la reconsideración de la designación en el próximo ciclo y sostener la asistencia dentro del interés nacional de los Estados Unidos», agregó AmCham. EFE

(vc)

spot_img
spot_img

Noticias recientes

spot_img
spot_imgspot_img